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Farias Victor, Heidegger y el nazismo

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Víctor <strong>Farias</strong><br />

<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />

Apoyándose sobre estos principios, <strong>Heidegger</strong> planteará tres<br />

preguntas:<br />

1. ¿Cuál es la nueva realidad Los alemanes se convierten en un pueblo<br />

histórico: esto no quiere decir que no hayan tenido una historia larga y agitada. Por<br />

<strong>el</strong> contrario, tener una historia no significa ser histórico. Ser histórico es saber —en<br />

tanto totalidad d<strong>el</strong> pueblo— que la historia no es ni <strong>el</strong> pasado ni <strong>el</strong> presente sino<br />

esta acción, esta interrogación que, nacida de la irrupción d<strong>el</strong> futuro, penetra <strong>el</strong><br />

presente. El futuro no consiste en lo que no es, surge de la decisión tomada<br />

conscientemente por la cual un pueblo busca captarse a sí mismo. Ser histórico<br />

significa ser al saber, para liberar de este modo lo que <strong>el</strong> pasado encubre de fuerza<br />

que nos compromete y de grandeza portadora de cambio. Este saber es <strong>el</strong> Estado<br />

mismo. El Estado es la estructura que despierta, y que une, y en la que, al<br />

someterse a <strong>el</strong>la, <strong>el</strong> pueblo se inserta como totalidad. Los poderes, la naturaleza, la<br />

historia, <strong>el</strong> arte, la técnica, la economía, <strong>el</strong> Estado mismo, se afirman a través de<br />

una lucha superior. Se hace tangible así aqu<strong>el</strong>lo que asegura a un pueblo, que lo<br />

esclarece y lo fortalece. El carácter tangible de estos poderes es la medida de la<br />

Verdad. Devenir histórico es actuar dentro de los grandes poderes de la existencia<br />

que se colocan en <strong>el</strong> Estado. Al hacerlo, <strong>el</strong> pueblo reivindica su derecho a poseer su<br />

Estado, a saber lo que le es propio y los grandes poderes de la existencia. Este<br />

proceso posee una potencia irresistible, casi una violencia, una de las grandes<br />

necesidades a las que se somete <strong>el</strong> corazón humano. Sólo a través de <strong>el</strong>la es<br />

posible <strong>el</strong>evarse hasta la grandeza. Nos hemos sometido a esta fuerza imperiosa<br />

que surge de la nueva realidad. Buscamos a quienes comprendan esta nueva fuerza<br />

para ejecutar sus órdenes. Sin duda los que aún no han sido usados, aqu<strong>el</strong>los que<br />

por sus raíces en su ser y en su existencia se hunden en <strong>el</strong> limo de nuestro pueblo,<br />

aqu<strong>el</strong>los que sienten en <strong>el</strong>los esta llamada hacia d<strong>el</strong>ante, esta necesidad de partir al<br />

asalto (Stürmen); y éstos son los jóvenes alemanes. La juventud alemana tiene la<br />

certeza de su propio ser. La juventud auténtica que actúa por necesidad se sabe<br />

comprometida en un gran proyecto. En vista de <strong>el</strong>lo, se trata de alcanzar un nuevo<br />

saber.<br />

A continuación <strong>Heidegger</strong> se ocupa de la situación d<strong>el</strong> nuevo<br />

estudiante:<br />

2. ¿Cómo se sitúa <strong>el</strong> nuevo estudiante dentro de esta nueva realidad<br />

Por definición, <strong>el</strong> estudiante debe comenzar por aprender; sin embargo, nos<br />

topamos aquí con un p<strong>el</strong>igro muchas veces denunciado: se toma demasiado en<br />

serio al estudiante y se le atribuye una importancia excesiva. Se dice que hay que<br />

mantenerse en guardia con respecto a los estudiantes, que las actitudes d<strong>el</strong><br />

estudiante de hoy son demasiado primitivas, lo cual no implica que sus<br />

conocimientos sean muy inferiores a los de los profesores. Pero <strong>el</strong> ser primitivo es<br />

estar, por sus impulsos y sus pulsiones interiores, allí donde comienzan las cosas,<br />

ser primitivo significa estar impulsado por fuerzas interiores. Precisamente porque<br />

<strong>el</strong> nuevo estudiante es primitivo está llamado a alcanzar <strong>el</strong> nuevo derecho al saber.<br />

Exige de los docentes una información sobre las cuestiones r<strong>el</strong>acionadas con la<br />

naturaleza, la filosofía, <strong>el</strong> arte, <strong>el</strong> Estado, etc. ¿Acaso debe tomar conocimiento sólo<br />

de lo que se le ha enseñado hasta ahora No se contentará con lo que<br />

ocasionalmente le presenten los docentes como conclusión, ni con una exposición<br />

de su opinión personal. Sin dejarse dominar, y con tenacidad, <strong>el</strong> nuevo estudiante<br />

intentará imponer <strong>el</strong> derecho a saber d<strong>el</strong> pueblo en su Estado. En esta ofensiva, la<br />

juventud obedece a su propia voluntad que le sirve de guía segura. Cuando este<br />

derecho es vulnerado, se fortalece la voluntad de defenderlo. La unidad provocada<br />

por <strong>el</strong> reclamo d<strong>el</strong> derecho a saber es <strong>el</strong> origen de la nueva camaradería, y no a la<br />

inversa, la camaradería <strong>el</strong> origen de aqu<strong>el</strong>la unidad. Esta camaradería auténtica<br />

educa a los Führer. La camaradería lleva a cada uno más allá de sí mismo.<br />

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