Farias Victor, Heidegger y el nazismo
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Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
Volk im Werden, intentaba jugar un pap<strong>el</strong> hegemónico en <strong>el</strong> mundo<br />
cultural nacionalsocialista. Las fricciones con <strong>el</strong> Amt Rosenberg eran,<br />
pues, inevitables, sobre todo por la competencia de su revista con los<br />
NS Monastshefte editados por <strong>el</strong> Amt Rosenberg. 89<br />
La segunda tendencia política, se manifestaba próxima a las<br />
posturas de Ernst Rohm y sus SA. Este grupo controlaba<br />
completamente las direcciones de los estudiantes nacionalsocialistas.<br />
Para Rohm y los suyos, <strong>el</strong> acceso de Hitler al gobierno significaba la<br />
posibilidad de llevar a cabo, a partir de ese momento, una<br />
transformación radical de la sociedad alemana: la verdadera<br />
«revolución nacionalsocialista», concebida como una mutación<br />
completa d<strong>el</strong> conjunto de la sociedad alemana. Rohm creía que la<br />
conquista d<strong>el</strong> poder por Hitler no era más que una primera etapa, <strong>el</strong><br />
prólogo de un proceso —«la segunda revolución»— que transformaría<br />
las bases mismas de la realidad alemana deformadas por <strong>el</strong><br />
liberalismo, <strong>el</strong> internacionalismo y <strong>el</strong> judaísmo. Por lo que toca a la<br />
reforma universitaria, esta opción «revolucionarista» significaba, ante<br />
todo, una renovación total d<strong>el</strong> concepto de ciencia (en la<br />
investigación y en la enseñanza), pero representaba también una<br />
mutación sustancial de las conductas en las universidades, una<br />
revolución en la r<strong>el</strong>ación entre profesores y estudiantes que abriera <strong>el</strong><br />
camino hacia una universidad verdaderamente nueva. El más notable<br />
de los representantes de esta tendencia era Martin <strong>Heidegger</strong>:<br />
Tomar posesión d<strong>el</strong> rectorado implica la obligación de dirigir espiritualmente<br />
esta alta escu<strong>el</strong>a. La unidad de maestros y alumnos sólo se despierta y fortalece si<br />
se hallan verdaderamente enraizados en la esencia de la universidad alemana. Pero<br />
esta esencia sólo cobra claridad, rango y poder si, en primer lugar, los conductores<br />
mismos son conducidos: conducidos por la inexorabilidad de la misión espiritual que<br />
lleva al destino d<strong>el</strong> pueblo alemán a imponer su marca a la historia. 90<br />
Por encima de los «sujetos» (maestros y alumnos) <strong>Heidegger</strong><br />
coloca un principio suprapersonal (<strong>el</strong> destino d<strong>el</strong> pueblo alemán) que,<br />
en tanto se pone en movimiento, explica y fundamenta la acción de<br />
los agentes d<strong>el</strong> proceso. La «obediencia», tanto como <strong>el</strong> hecho de<br />
«conducir», son arbitrados por esta instancia transcendental y, frente<br />
a <strong>el</strong>la, no sólo desaparecen los «privilegios» sino que <strong>el</strong> rango se<br />
establece simplemente en virtud de los méritos obtenidos según <strong>el</strong><br />
compromiso con esta instancia decisiva. La renovación de la<br />
universidad alemana supone una reflexión totalmente nueva y pone<br />
en marcha bastante más que una serie de parámetros puramente<br />
administrativos:<br />
¿Sabemos que esta misión es espiritual Sea o no así, la pregunta siguiente<br />
es in<strong>el</strong>udible: ¿nos hallamos nosotros, maestros y alumnos de esta alta escu<strong>el</strong>a,<br />
todos enraizados verdaderamente en la esencia de la universidad alemana ¿Tiene<br />
esta esencia <strong>el</strong> auténtico poder de marcar nuestra existencia Por supuesto, pero<br />
sólo si «queremos» profundamente esa esencia. Pero, ¿quién puede dudarlo Por lo<br />
común, se ve <strong>el</strong> carácter predominante de la esencia de la universidad en su<br />
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