Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
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Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
Karl Braig, quien gracias a Krebs había sido director espiritual<br />
en <strong>el</strong> Konvikt de Friburgo en la época en que <strong>Heidegger</strong> estudiaba en<br />
esa institución, era <strong>el</strong> defensor más visible, en la Universidad de<br />
Friburgo, de la disposición papal. En su trabajo sobre «El modernismo<br />
y la libertad de la ciencia», 153 Braig niega que los modernistas se<br />
interesaran de manera auténtica por la libertad de pensamiento y por<br />
la investigación verdadera y racional. Otras obras de Braig advierten<br />
a los int<strong>el</strong>ectuales católicos sobre los graves p<strong>el</strong>igros que encierra la<br />
apostasía modernista. 154<br />
Todos estos factores, en consecuencia, acaban por alejar<br />
definitivamente a <strong>Heidegger</strong> tanto de la Facultad de Teología como de<br />
la Iglesia. En una carta dirigida a Eng<strong>el</strong>bert Krebs, <strong>el</strong> 9 de enero de<br />
1919, Martin <strong>Heidegger</strong> expone las razones por las que ha decidido<br />
consagrar en ad<strong>el</strong>ante su trabajo únicamente a la filosofía. Opciones<br />
gnoseológicas, dice, r<strong>el</strong>acionadas también con la teoría d<strong>el</strong><br />
conocimiento histórico, han hecho problemático e inaceptable, a sus<br />
ojos, <strong>el</strong> sistema d<strong>el</strong> catolicismo, no <strong>el</strong> cristianismo y la metafísica<br />
(ésta, por cierto, entendida según una nueva acepción). <strong>Heidegger</strong><br />
afirma haber captado los valores propios d<strong>el</strong> catolicismo medieval<br />
«mejor quizás que los intérpretes oficiales», y asegura que sus<br />
investigaciones futuras sobre la fenomenología de la r<strong>el</strong>igión darán<br />
testimonio de su aprecio por <strong>el</strong> universo d<strong>el</strong> catolicismo. Después de<br />
reafirmarle su amistad, <strong>Heidegger</strong> se despide de Eng<strong>el</strong>bert Krebs<br />
diciéndole que cree en su propia vocación filosófica y que está<br />
convencido de, gracias a <strong>el</strong>la, poder «justificar su existencia y su<br />
trabajo ante Dios». 155 Antes de recibir y aceptar la propuesta que<br />
enseguida le haría la Universidad de Marburgo, <strong>Heidegger</strong> dicta tres<br />
cursos sobre temas específicamente ligados a la teología: durante <strong>el</strong><br />
semestre d<strong>el</strong> invierno 1919-1920, «Las bases filosóficas de la mística<br />
medieval»; durante <strong>el</strong> semestre d<strong>el</strong> invierno 1920-1921,<br />
«Introducción a la fenomenología de la r<strong>el</strong>igión», y, durante <strong>el</strong><br />
semestre d<strong>el</strong> verano de 1921, «San Agustín y <strong>el</strong> neoplatonismo». 156<br />
Si bien la ruptura de <strong>Heidegger</strong> con <strong>el</strong> catolicismo tuvo lugar hacia<br />
1919, mantuvo siempre una r<strong>el</strong>ación ambivalente con la Iglesia. De<br />
ahí que se llegue al resultado sorprendente de que, pese al<br />
anticlericalismo virulento d<strong>el</strong> que hará gala durante la época d<strong>el</strong><br />
<strong>nazismo</strong> frente a la crisis de la asociación estudiantil Ripuaria, se<br />
declara expresamente católico en los cuestionarios d<strong>el</strong> Ministerio de<br />
Educación. 157 Para terminar, hay que evocar otro hecho que quizá<br />
contribuyó a la ruptura de Martin <strong>Heidegger</strong> con la Iglesia católica. La<br />
derrota alemana y la instalación de la República de Weimar<br />
supusieron un cambio en la sociedad alemana de los años veinte, con<br />
efectos inmediatos sobre la orientación y la gestión de la política<br />
universitaria. Los nombramientos de los profesores, que dependían<br />
en última instancia d<strong>el</strong> Ministerio de Educación, partían de un centro<br />
de poder republicano, sobre <strong>el</strong> cual la Iglesia no tenía ya ninguna<br />
influencia. Cabe pensar que la mayoría de los universitarios que<br />
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