Farias Victor, Heidegger y el nazismo
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Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
los de Cassirer.<br />
En cuanto a <strong>Heidegger</strong>, he aquí lo que dice <strong>el</strong> informe:<br />
Desde hace tiempo, se habla mucho de Martin <strong>Heidegger</strong>, profesor en<br />
Friburgo. Pese a que la calidad de sus publicaciones es muy discutida, es innegable<br />
que posee un pensamiento propio y que, sobre todo, ejerce una poderosa atracción<br />
personal. Sin embargo, incluso sus partidarios reconocen que, entre los numerosos<br />
estudiantes que se congregan alrededor de él, ninguno hay que lo comprenda<br />
realmente. Convendría tener presente que <strong>Heidegger</strong> atraviesa en este momento<br />
por una crisis. Hacerlo venir a Berlín sería nefasto para él, en la medida en que,<br />
para aclarar sus problemas, necesita una tranquilidad que no se puede encontrar en<br />
Berlín. Pero sobre todo sería nefasto para los estudiantes, a quienes seguramente<br />
su enseñanza produciría una profunda impresión, pero a los que no aportaría<br />
ninguna formación filosófica.<br />
En <strong>el</strong> momento en que Becker es reemplazado por Adolf<br />
Grimme, todavía no se había tomado ninguna decisión definitiva en <strong>el</strong><br />
Ministerio. No obstante, su nombramiento cambió completamente la<br />
marcha de los acontecimientos. Grimme había sido alumno de<br />
Husserl en Gotinga y estaba unido a su maestro por una r<strong>el</strong>ación de<br />
profunda admiración y amistad. 209 Se puede suponer que fue influido,<br />
al menos de forma indirecta, por <strong>el</strong> prestigio de su antiguo maestro.<br />
En efecto, contra la voluntad explícita de toda la comisión y de la<br />
Facultad, decidió nombrar a <strong>Heidegger</strong> como sucesor de Tro<strong>el</strong>sch<br />
<strong>Heidegger</strong> acusó haber recibido la proposición en una carta d<strong>el</strong> 23 de<br />
marzo de 1930 enviada al director ministerial, carta en la que anuncia<br />
su llegada a Berlín para debatir las condiciones d<strong>el</strong> ofrecimiento. 210 El<br />
10 de abril, <strong>Heidegger</strong> firmó un contrato-acuerdo estipulando que<br />
comenzaría sus actividades <strong>el</strong> 1 de octubre de 1930, y fijando sus<br />
honorarios así como determinadas ventajas. En una carta d<strong>el</strong> 14 de<br />
abril, <strong>Heidegger</strong> indica que volverá nuevamente a Berlín y que amigos<br />
de su esposa se han puesto a buscarle un alojamiento conveniente.<br />
Por su parte, en una nota al ministro de Finanzas, Grimme le solicita<br />
que tome las medidas necesarias para que <strong>Heidegger</strong> pueda<br />
beneficiarse de condiciones económicas especiales. Y menciona<br />
algunas de las razones que lo llevaron a nombrar al filósofo de<br />
Fr¡burgo, «aunque esto haya agitado a la opinión pública más de lo<br />
que habitualmente es común en estas cuestiones». 211 <strong>Heidegger</strong>,<br />
continúa Grimme, se mostrará reticente, «porque su r<strong>el</strong>ación<br />
estrecha con la naturaleza es para él la base de su trabajo filosófico»;<br />
como condición para su traslado exigía que se le garantice la<br />
posibilidad de vivir y trabajar en paz, alejado de los problemas de la<br />
vida urbana». No era cuestión de que su nombramiento fracasara por<br />
razones de índole financiera. 212 Pese a todos los esfuerzos d<strong>el</strong><br />
ministro Grimme, <strong>Heidegger</strong> acaba por rechazar la proposición. Pero,<br />
si es verdad que la r<strong>el</strong>ación con su tierra natal era muy importante<br />
para <strong>Heidegger</strong>, sin duda no son éstas las verdaderas razones de su<br />
decisión. Las fuentes consultadas llevan más bien a pensar que,<br />
frente al antagonismo patente entre la facultad más renombrada de<br />
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