Farias Victor, Heidegger y el nazismo
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Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
se mostraba claramente la actitud sumisa de los subordinados<br />
d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong> Führer y la dominación que éste ejercía sobre sus<br />
colaboradores, fenómeno que se correspondía con <strong>el</strong> tipo de<br />
organización de los grupos bündisch d<strong>el</strong> Movimiento de los Jóvenes<br />
analizado más ad<strong>el</strong>ante, cuyo mod<strong>el</strong>o ideológico lo constituían las<br />
Casas de Varones (Männerhäusen) propuestas por Alfred Bäumler.<br />
Stad<strong>el</strong>mann escribe a <strong>Heidegger</strong>: «La prueba impuesta por este<br />
campo es probable que no haya sido pasada por nadie. Sin embargo,<br />
todos nosotros volvimos a nuestras casas perfectamente conscientes<br />
de que la revolución aún no había llegado a su término, pero que <strong>el</strong><br />
objetivo de la revolución en la universidad es <strong>el</strong> estudiante SA [...]<br />
Este estudiante <strong>el</strong>iminará los dos tipos de estudiante que subsisten<br />
aún hoy: <strong>el</strong> estudiante simple y <strong>el</strong> estudiante SA que llega a la<br />
universidad como diletante. El objetivo es claro y evidente; todos los<br />
que lo persiguen deben marchar juntos». Valorando la figura de<br />
<strong>Heidegger</strong> como guía, Stad<strong>el</strong>mann añade: «Tienen un Führer que los<br />
lleva y los conduce hacia ese objetivo y se convierten así en sus<br />
seguidores (Gefolgschaft)». Al mismo tiempo que alude a las<br />
fracciones en lucha (los «optimistas venidos de Ki<strong>el</strong>» y los<br />
«radicales»), Stad<strong>el</strong>mann manifiesta su adhesión incondicional a la<br />
dirección política de <strong>Heidegger</strong> aunque le reprocha cierta ambigüedad<br />
con respecto a dichas fracciones. «Nunca antes me había parecido<br />
tan claro como hoy en Todtnauberg, que pertenezco al partido de la<br />
revolución y no al de la oposición o al de los observadores que<br />
practican la retórica. Me propongo cumplir con esta disciplina». La<br />
respuesta de <strong>Heidegger</strong>, <strong>el</strong> 23 de octubre de 1933, aclara varios<br />
hechos. Ante todo, muestra la febril actividad que desarrollaba<br />
<strong>Heidegger</strong> en esa época («acabo de llegar d<strong>el</strong> campo de<br />
Bebenhausen...»), pero también la total similitud de la actitud de<br />
ambos. En abierta oposición a lo escrito por <strong>Heidegger</strong> en su<br />
tentativa de rehabilitación, 178 su misma fracción, dirigida por <strong>el</strong><br />
doctor Stein (representante de Ernst Krieck) no sólo le manifestó su<br />
respeto sino que, frente a la amenaza de <strong>Heidegger</strong> de cerrar <strong>el</strong><br />
campo, «le pidió con insistencia retomar <strong>el</strong> trabajo de<br />
adoctrinamiento y tener en cuenta sobre todo a los estudiantes que<br />
proceden d<strong>el</strong> exterior y que carecen de una persona que los dirija...».<br />
El propio <strong>Heidegger</strong> escribió que Stein dio una conferencia en <strong>el</strong><br />
campo sobre la raza y <strong>el</strong> principio racial, pero que él —Stein— tenía<br />
por misión hacer fracasar <strong>el</strong> campo tal como se lo había encargado<br />
Krieck. 179<br />
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