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De amor y de muerte

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prometió buscar a su hija en la capital y le dio la dirección <strong>de</strong> su casa, para comunicarse<br />

si había noticias. Se <strong>de</strong>spidieron abrasándose.<br />

Esa noche Francisco notó algo diferente en los ojos <strong>de</strong> la joven, no encontró la risa ni el<br />

asombro <strong>de</strong> siempre. Sus pupilas se habían tornado oscuras y tristes, <strong>de</strong>l tono <strong>de</strong> las<br />

hojas secas <strong>de</strong>l eucalipto. Entonces él comprendió que estaba perdiendo la inocencia y<br />

ya nada podría evitar que se asomara a la verdad.<br />

Los dos amigos recorrieron los sitios habituales preguntando por Evangelina Ranquileo<br />

con más tenacidad que esperanza. No eran los únicos en esos trámites. En los centros<br />

<strong>de</strong> prisioneros, en los retenes <strong>de</strong> policía, en el sector prohibido <strong>de</strong>l Hospital Psiquiátrico<br />

don<strong>de</strong> sólo ingresaban los torturados irrecuperables en camisa <strong>de</strong> locos y los médicos <strong>de</strong><br />

los Cuerpos <strong>de</strong> Seguridad, Irene Beltrán y Francisco Leal fueron acompañados por<br />

muchos otros que conocían mejor la ruta <strong>de</strong>l calvario y los guiaban. Allí, como en todas<br />

partes don<strong>de</strong> se acumula el sufrimiento, estaba presente la solidaridad humana como un<br />

bálsamo para sobrellevar el infortunio.<br />

--¿Y usted a quién busca señora?-- preguntó Irene en la puerta.<br />

--A nadie, hija. Pasé tres años tras la huella <strong>de</strong> mi marido, pero ahora sé que <strong>de</strong>scansa<br />

en paz.<br />

--¿Por qué viene entonces?<br />

--Para ayudar a una amiga--replicó señalando a otra mujer.<br />

Se habían conocido varios años atrás y juntas anduvieron todos los lugares posibles<br />

tocando puertas, suplicando a los funcionarios, sobornando a los soldados. Una tuvo<br />

mejor suerte y supo al menos que su esposo ya no la necesitaba, pero la otra continuaba<br />

su peregrinaje, ¿cómo <strong>de</strong>jarla sola? A<strong>de</strong>más estaba acostumbraba a esperar y pasar

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