16.02.2017 Views

De amor y de muerte

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

--Si quiere nuestra ayuda <strong>de</strong>be <strong>de</strong>cirlo.<br />

--Nunca lo diré.<br />

Estaba muy agitado, transpiraba, se mordía las uñas, había en sus ojos un brillo<br />

<strong>de</strong>spavorido, se pasaba las manos por la cara como si <strong>de</strong>seara espantar horrendos<br />

recuerdos. Sin duda tenía mucho más para <strong>de</strong>cir, pero estaba atado por tremendos lazos<br />

<strong>de</strong> silencio. Balbuceó que sería mejor morir <strong>de</strong> una vez, pues no existía escapatoria para<br />

él. Irene intentó tranquilizarlo: no <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>sesperarse, encontrarían la forma <strong>de</strong> ayudarlo,<br />

era cuestión <strong>de</strong> un poco <strong>de</strong> tiempo. Francisco vislumbraba en aquella historia varios<br />

aspectos oscuros y sentía una <strong>de</strong>sconfianza instintiva; pero repasaba sus contactos<br />

buscando alguna solución para salvarle la vida.<br />

--Si el Teniente Ramírez mató a mi hermana, yo sé dón<strong>de</strong> escondió su cuerpo--dijo<br />

Pra<strong>de</strong>lio en el último instante--.<br />

¿Conocen la mina abandonada <strong>de</strong> Los Riscos?<br />

Se interrumpió bruscamente, arrepentido <strong>de</strong> lo dicho, sin embargo, por la expresión <strong>de</strong> su<br />

rostro y el tono <strong>de</strong> su voz, Francisco comprendió que no hablaba <strong>de</strong> una posibilidad, sino<br />

<strong>de</strong> una certidumbre. Les había dado una pista.<br />

Era media tar<strong>de</strong> cuando se <strong>de</strong>spidieron e iniciaron el <strong>de</strong>scenso, <strong>de</strong>jando a Ranquileo<br />

abatido, mascullando i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>muerte</strong>. Bajar el cerro resultó tan difícil como subirlo,<br />

especialmente para Irene, quien miraba el abismo estremecida, pero no se <strong>de</strong>tuvo hasta<br />

llegar al sitio don<strong>de</strong> <strong>de</strong>jaron los caballos.<br />

Allí respiró aliviada, miró hacia la cordillera y le pareció imposible haber trepado hasta<br />

esas cimas abruptas esfumadas en el color <strong>de</strong>l cielo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!