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De amor y de sombra Isabel Allende
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la viuda más rica del reino. Solo
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cliente. Con algo de suerte tendrí
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--Usted anda con la cara en gloria
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--Cúrala-- rogaba esa mañana mien
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nieta de campesinos, Digna era prud
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trámite le inyectó un líquido en
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Cuando los niños empezaban a camin
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hombre, con mayor razón debía ser
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--Su padre. --¡Basta, por favor! -
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--Disparan a las patas, mi Teniente
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Irene esperó que diera media vuelt
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criatura de meses. El abuelo no tuv
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--Mi madre anda de viaje, así es q
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esquí en invierno y playa todo el
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de la usual en una criatura de su m
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No le pareció necesario explicar q
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Lo sabía vivo y eso le otorgaba ci
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porque su carne no era apreciada en
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--Está escondido-- confesó. Se ha
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Para una campesina cuya existencia
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oficial y adivinó que no era a cau
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uscando las salientes del cerro par
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dándole un aspecto de vejez premat
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alto y a su madre encogida como un
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de eliminar a los soldados para ins
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iría con una docena de hombres arm
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ver si al menos lo trasladaban a la
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--Si quiere nuestra ayuda debe deci
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triángulo d tela en el sexo y se c
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de disgusto al ver a Irene tan desc
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--Esta es una etapa de transición,
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ponche y abrían sus obsequios con
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fotográfico, sin mencionar a nadie
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hora, Francisco tenía los dedos ag
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--No lo sé --replicó Francisco y
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--¿Qué haremos ahora? --Cerrar la
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piel de la joven, azul de luna, se
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lo que no fuera su dura labor. El r
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el aspecto del paisaje había cambi
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que no puedas lavarte las manos y p
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Recordaba a su padre como un hombro
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En busca de otras vivencias, cuando
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1. Se advierte a la ciudadanía que
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En realidad Francisco no había pen
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Al entrar, Francisco se sintió env
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tomando del suelo un trozo de hierr
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--No llegaréis lejos. Os matarán
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apuntando al cielo con sus ramas de
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descortesía. Su temperamento silen
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--No debe llamar la atención. Pref
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dirigió a su habitación. Había d
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José Leal fue el único con ánimo
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El juez conocía al Cardenal. Adivi
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del mediodía llegaron autobuses de
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Pero en pocos días el anuncio del
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Rosa se encogió de hombros en el l
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que hacer, ese amor estaba muerto y
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El hombre se sirvió otro vaso de v
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--Era un buen muchacho, Ranquileo -
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el tiro de gracia a su primer fusil
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A pocos pasos de la plaza de Los Ri
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Los que observaron lo sucedido qued
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--¿Puede llevarme donde los tienen
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Como muchos otros durante el gobier
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extravagancia de la policía. El Ca
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porque entonces la sociedad se iba
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Poco después Irene dio algunos pas
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armas. A pesar de su presencia, Fra
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Llevaron ante los tribunales al Ten
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presuntamente llamada Evangelina Ra
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por unos minutos, pero se cansó mu
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hemipléjico seguía esperando el c
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--Prepararé café, a todos nos hac
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ninguno faltaba. Sólo el sudor que
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--¿Y qué hacemos con los huelguis
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cubierto de harapos, hambriento y c
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Pero ella nada había olvidado. Les
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el cuchillo y el tenedor, pero su p
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Eran las ocho de la mañana cuando
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había recorrido, que podía dibuja
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Abandonaron por último la carreter
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Francisco enrolló una firme faja a
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Se despidieron con un abrazo. El ba