16.02.2017 Views

De amor y de muerte

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

--Está escondido-- confesó.<br />

Se había fugado <strong>de</strong> la Tenencia. <strong>De</strong>bido al estado <strong>de</strong> guerra la <strong>de</strong>serción podía pagarse<br />

con la vida. En otros tiempos para abandonar la policía sólo se requería <strong>de</strong> algún trámite<br />

burocrático, pero ahora los guardias formaban parte <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas y tenían el<br />

mismo compromiso <strong>de</strong> los soldados en el campo <strong>de</strong> batalla. La situación <strong>de</strong> Pra<strong>de</strong>lio<br />

Ranquileo era peligrosa, si le daban caza lo pasaría mal, así lo entendió su madre al verlo<br />

como animal acosado. Hipólito, su marido, era quien tomaba las <strong>de</strong>cisiones importantes<br />

en la familia, pero se había enganchado en el primer circo que levantó su carpa en la<br />

región. Le bastó escuchar el llamado <strong>de</strong>l bombo anunciando el espectáculo, para rescatar<br />

la maleta con los enseres <strong>de</strong> su profesión, incorporarse a la farándula y partir en giras por<br />

pueblos y al<strong>de</strong>as don<strong>de</strong> era difícil ubicarlo. Digna tampoco se atrevió a hablar <strong>de</strong> su<br />

problema con otras personas. Estuvo unos días <strong>de</strong>batiéndose en la incertidumbre, hasta<br />

que recordó su conversación con Irene Beltrán y el interés <strong>de</strong> la periodista por el<br />

infortunio que abatía el hogar <strong>de</strong> los Ranquileo.<br />

Pensó en ella como en el único ser a quien podía acudir.<br />

--Tengo que sacar al Pra<strong>de</strong>lio <strong>de</strong>l país-- murmuró.<br />

--¿Por qué <strong>de</strong>sertó?<br />

La madre no lo sabía. Una noche lo vio llegar pálido, <strong>de</strong>sencajado, con el uniforme en<br />

piltrafas y la mirada <strong>de</strong> un loco.<br />

Se negó a hablar. Venía muy hambriento y durante largo rato estuvo comiendo con<br />

voracidad, llenándose la boca con cuanto encontró en la cocina: cebollas crudas, trozos<br />

enormes <strong>de</strong> pan, carne seca, fruta y té. Cuando se sintió satisfecho apoyó los brazos<br />

sobre la mesa, ocultó entre ellos la cabeza y, extenuado, se durmió como una criatura.<br />

Digna vigiló su sueño. Por más <strong>de</strong> una hora permaneció a su lado observándolo para

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!