16.02.2017 Views

De amor y de muerte

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

pues ya no tenía <strong>amor</strong> y nadie la necesitaba. Su cuerpo se había <strong>de</strong>teriorado en el último<br />

invierno y al verse achacosa y gastada caía en frecuentes <strong>de</strong>presiones, aunque jamás le<br />

fallaron la pru<strong>de</strong>ncia y la memoria. Irene quiso darle algo que <strong>de</strong>sviara su atención <strong>de</strong> la<br />

soledad y la proyectara hacia otros intereses, por eso le pasó las cintas advirtiéndole su<br />

importancia y pidiéndole que las escondiera. Esta misión encantó a la vieja dama. Se<br />

secó las lágrimas y prometió mantenerse viva y saludable para ayudarla. Creía que<br />

custodiaba un secreto <strong>de</strong> <strong>amor</strong>. Así, lo que empezó como un juego terminó cumpliendo<br />

un propósito y las grabaciones no sólo se salvaron <strong>de</strong> la curiosidad <strong>de</strong> Beatriz Alcántara,<br />

sino también <strong>de</strong> la requisición policial.<br />

--Dile a Irene que venga. Prometió ayudarme en la hora <strong>de</strong> mi <strong>muerte</strong> --dijo Josefina<br />

Bianchi.<br />

--No ha llegado aún ese momento. Usted pue<strong>de</strong> vivir mucho más, está sana y fuerte.<br />

--Escucha, muchacho, he vivido como una señora y así quiero morir. Me siento un poco<br />

cansada. Necesito a Irene.<br />

--No podrá venir ahora.<br />

--Lo malo con la vejez es que nadie nos respeta, nos tratan como niños porfiados. Hice mi<br />

vida a mi manera. Nada me faltó. ¿Por qué privarme <strong>de</strong> una <strong>muerte</strong> limpia?<br />

Francisco le besó las manos con cariño y respeto. Al salir vio a los huéspe<strong>de</strong>s en el jardín<br />

atendidos por las cuidadoras, <strong>de</strong>crépitos, solitarios en sus sillas <strong>de</strong> ruedas, con sus<br />

chales <strong>de</strong> lana y sus mezquinda<strong>de</strong>s, sordos, casi ciegos, momificados, sobreviviendo<br />

apenas muy lejos <strong>de</strong>l presente y <strong>de</strong> la realidad.<br />

Se aproximó para <strong>de</strong>spedirse. El coronel, con sus medallas <strong>de</strong> latón prendidas al pecho<br />

saludaba como siempre al pabellón nacional flameando sólo para sus ojos. La viuda más<br />

pobre <strong>de</strong>l reino apretaba en su regazo una caja <strong>de</strong> lata con algún mísero tesoro. El

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!