Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
--No hay mal que por bien no venga, señora.<br />
--¡Ya no te aguanto, Rosa! --salió Beatriz con un portazo.<br />
Nada dijo Rosa <strong>de</strong> cuanto había visto la noche anterior, cuando regresó el Capitán<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tantos meses <strong>de</strong> ausencia y la niña Irene lo recibió como a un <strong>de</strong>sconocido,<br />
me bastó ver su cara para saber que lo mejor sería <strong>de</strong>spedirme <strong>de</strong>l vestido <strong>de</strong> novia y mis<br />
planes <strong>de</strong> criar niños rubios <strong>de</strong> ojos azules en los días <strong>de</strong> mi vejez. El hombre propone y<br />
Dios dispone. Si una mujer ofrece la mejilla para que su novio no la bese en la boca,<br />
hasta un ciego pue<strong>de</strong> ver que ya no siente <strong>amor</strong>; si lo lleva al salón, se sienta lo más lejos<br />
posible y lo queda mirando en silencio, es que piensa <strong>de</strong>círselo allí mismo sin ro<strong>de</strong>os, tal<br />
como tuvo que oírlo el Capitán: lo siento mucho, pero no me casaré contigo porque estoy<br />
amando a otro; así se lo dijo y él nada respondió, pobre, me da lástima, se sonrojó mucho<br />
y le temblaba la barbilla como una criatura a punto <strong>de</strong> echarse a llorar, yo lo vi por el<br />
resquicio <strong>de</strong> la puerta entreabierta y no lo hice por curiosidad, Dios me libre, sino porque<br />
tengo <strong>de</strong>recho a conocer los problemas <strong>de</strong> mi chiquilla, si no, ¿cómo la podré ayudar? No<br />
en bal<strong>de</strong> la he cuidado y querido mucho más que su propia madre. Se me encogió el<br />
corazón cuando vi a ese muchacho sentado en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l sofá con los paquetes<br />
envueltos en papel <strong>de</strong> regalo, su pelo recién cortado, sin saber dón<strong>de</strong> meter ese <strong>amor</strong><br />
que anduvo juntando todos estos años para Irene; buenmozo me pareció, alto y elegante<br />
como un príncipe, bien vestido como siempre anda él, tieso como un palo <strong>de</strong> escoba, un<br />
verda<strong>de</strong>ro caballero, pero <strong>de</strong> poco le vale su pinta <strong>de</strong> galán, porque la niña no se fija en<br />
esas cosas y menos ahora que está en<strong>amor</strong>ada <strong>de</strong>l fotógrafo; camarón que se duerme<br />
se lo lleva la corriente, no <strong>de</strong>bió irse Gustavo <strong>de</strong>jándola sola por tantos meses. Yo no<br />
entiendo a estas parejas mo<strong>de</strong>rnas, en mis tiempos no había tanta libertad y todo<br />
funcionaba como es <strong>de</strong>bido: la mujer callada en su casa. Las novias esperaban bordando<br />
sábanas y no andaban encaramadas al anca <strong>de</strong> las motocicletas <strong>de</strong> otros hombres; eso<br />
<strong>de</strong>bió prevenirlo el Capitán en vez <strong>de</strong> partir <strong>de</strong> viaje tan tranquilo, yo lo vi <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
principio y se lo dije ausencias causan olvidos; pero nadie me hizo caso, me miraron con<br />
lástima, como si yo fuera una estúpida, pero no tengo ni un pelo <strong>de</strong> tonta, más sabe el<br />
diablo por viejo que por diablo. Creo que Gustavo adivinó que estaba frito, no había nada