16.02.2017 Views

De amor y de muerte

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Esa noche nadie se encontraba en la casa, porque también Rosa había salido. Cuando<br />

ella y su hija regresaron <strong>de</strong>l teatro todo estaba en or<strong>de</strong>n y sólo les extraño el silencio <strong>de</strong> la<br />

perra.<br />

Irene comenzó a buscarla llamándola por las habitaciones y Beatriz iba tras ella<br />

encendiendo las luces. Estupefactas, vieron entonces sobre las camas cerros <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sperdicios, latas, vacías, cáscaras inmundas, papeles manchados con excrementos.<br />

Encontraron a Cleo encerrada en un armario con aspecto <strong>de</strong> muerta y así permaneció<br />

quince horas hasta recuperarse <strong>de</strong>l somnífero. Esa noche Beatriz se sentó a mirar el<br />

<strong>de</strong>sparrame y la mierda sobre su lecho sin compren<strong>de</strong>r el significado <strong>de</strong> esa provocación.<br />

No pudo adivinar quién había llevado bolsas <strong>de</strong> porquería hasta su casa, abierto la puerta<br />

con una ganzúa, narcotizado a la perra y envilecido todo <strong>de</strong> ese modo. En aquella época<br />

todavía no existía el hogar <strong>de</strong> ancianos <strong>de</strong>l primer piso y aparte <strong>de</strong> Rosa y el jardinero, no<br />

disponían <strong>de</strong> más personal <strong>de</strong> servicio.<br />

--No lo comentes con nadie, hijita. Es un insulto, una <strong>de</strong>shonra-- lloró Beatriz.<br />

--No pienses más en esto, mamá. ¿No ves que es obra <strong>de</strong> un loco? No te preocupes.<br />

.<br />

Beatriz Alcántara sabía que <strong>de</strong> alguna forma ese ultraje se relacionaba con su marido y<br />

una vez más lo maldijo. Recordó con precisión la tar<strong>de</strong> en que Eusebio Beltrán la<br />

abandonó. En esos días andaba obsesionado con el negocio <strong>de</strong> las mantas para los<br />

musulmanes y la carnicería filantrópica que lo condujo a la ruina. Habían cumplido más<br />

<strong>de</strong> veinte años casados y la paciencia <strong>de</strong> Beatriz estaba agotada. Ya no soportaba su<br />

indiferencia, sus múltiples infi<strong>de</strong>lida<strong>de</strong>s, su manera escandalosa <strong>de</strong> gastar el dinero en<br />

avionetas plateadas, potros <strong>de</strong> carrera, esculturas eróticas, banquetes en restaurantes,<br />

mesas <strong>de</strong> juego y regalos dispendiosos para otras mujeres. Al entrar en la edad madura<br />

su marido no se tranquilizó, por el contrario, se acentuaron sus <strong>de</strong>fectos y junto con<br />

adquirir canas en las sienes y arrugas alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los ojos, se acrecentaron sus<br />

impulsos aventureros. Arriesgaba su capital en empresas insensatas, se perdía durante<br />

semanas en viajes exóticos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> seguir a los límites <strong>de</strong>l continente a una ecologista

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!