16.02.2017 Views

De amor y de muerte

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La vida <strong>de</strong> Francisco Leal, plena <strong>de</strong> buenos augurios en la adolescencia, al terminar la<br />

veintena parecía un fracaso a los ojos <strong>de</strong> cualquier observador imparcial y con mayor<br />

razón los suyos. Por un tiempo obtuvo consuelo y fortaleza <strong>de</strong> su trabajo en la<br />

clan<strong>de</strong>stinidad, pero pronto fue indispensable contribuir al presupuesto <strong>de</strong> su familia. La<br />

estrechez en casa <strong>de</strong> los Leal se estaba convirtiendo en pobreza. Mantuvo el control <strong>de</strong><br />

sus nervios hasta comprobar que todas las puertas parecían cerradas para él; pero una<br />

noche perdió la serenidad y se <strong>de</strong>smoronó en la cocina, don<strong>de</strong> su madre preparaba la<br />

cena. Al verlo en ese estado, ella se secó las manos en el <strong>de</strong>lantal, retiró la salsa <strong>de</strong> la<br />

hornilla y lo abrazó como hacía cuando era muchacho.<br />

--La psicología no es lo único, hijo. Límpiate la nariz y busca por otro lado-- dijo.<br />

Hasta entonces Francisco no había pensado en cambiar <strong>de</strong> oficio, pero las palabras <strong>de</strong><br />

Hilda le señalaron nuevos <strong>de</strong>rroteros. Rápidamente hizo a un lado la compasión <strong>de</strong> sí<br />

mismo y revisó sus habilida<strong>de</strong>s para seleccionar alguna productiva y también <strong>de</strong> cierto<br />

agrado. Para empezar optó por la fotografía, don<strong>de</strong> tendría poca competencia. Había<br />

comprado años atrás un aparato japonés con todos sus accesorios y consi<strong>de</strong>ró que había<br />

llegado el momento <strong>de</strong> quitarle el polvo y usarlo. Metió <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una carpeta algunos<br />

trabajos realizados, hurgó en la guía telefónica para ver dón<strong>de</strong> ofrecerse y así llegó a una<br />

revista femenina.<br />

La redacción ocupaba el último piso <strong>de</strong> un vetusto edificio con el nombre <strong>de</strong>l fundador <strong>de</strong><br />

la editorial grabado en el pórtico con letras doradas. En la época <strong>de</strong>l auge cultural, cuando<br />

se intentó incorporar a todos en la fiesta <strong>de</strong>l conocimiento y el vicio <strong>de</strong> la información y se<br />

vendía más papel impreso que hogazas <strong>de</strong> pan, los dueños <strong>de</strong>cidieron <strong>de</strong>corar el local<br />

para estar a tono con el <strong>de</strong>lirante entusiasmo que sacudía al país.<br />

Comenzaron por la planta baja, alfombrando <strong>de</strong> muro a muro, colocando zócalos <strong>de</strong> finas<br />

ma<strong>de</strong>ras, remplazando el <strong>de</strong>startalado mobiliario por escritorios <strong>de</strong> aluminio y cristal,<br />

quitando ventanas para abrir claraboyas, clausurando escaleras para cavar huecos don<strong>de</strong><br />

empotrar las cajas fuertes, colocando ojos electrónicos que abrían y cerraban las puertas

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!