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<strong>de</strong>l mediodía llegaron autobuses <strong>de</strong> los barrios marginales <strong>de</strong> la capital. La aflicción<br />
flotaba en el aire como un anticipo <strong>de</strong> tormenta, inmovilizando a los pájaros en su vuelo.<br />
Muchas horas aguardaron bajo un sol lívido que esfumaba los contornos <strong>de</strong> las cosas y<br />
los colores <strong>de</strong>l mundo, mientras las bolsas iban llenándose. A la distancia intentaban<br />
reconocer un zapato, una camisa, un mechón <strong>de</strong> cabellos. Los que poseían mejor vista<br />
pasaban el dato a los <strong>de</strong>más: apareció otro cráneo, éste tiene pelo canoso, podría ser <strong>de</strong>l<br />
compadre Flores, ¿se acuerdan <strong>de</strong> él? Ahora cierran otro bulto, pero no han terminado,<br />
están sacando más, dicen que se llevarán los restos a la Morgue y allá podremos mirarlos<br />
<strong>de</strong> cerca, ¿y eso cuánto cuesta? No lo sé, algo tendremos que pagar, ¿cobran por<br />
reconocer a sus propios muertos? No, hombre, eso <strong>de</strong>be ser gratis. Toda la tar<strong>de</strong> se fue<br />
juntando gente hasta formar una muchedumbre sobre la colina, oyendo el sonido <strong>de</strong> las<br />
palas y los picos hurgando la tierra, el ir y venir <strong>de</strong> la camioneta oficial, el tráfico <strong>de</strong><br />
policías, funcionarios y abogados, los motines <strong>de</strong> los periodistas que no tuvieron permiso<br />
para acercarse. Al ponerse el sol se elevó un coro <strong>de</strong> voces para cantar una oración<br />
fúnebre. Hubo quien armó una improvisada tienda <strong>de</strong> mantas, dispuesto a quedarse allí<br />
por tiempo in<strong>de</strong>finido, pero los guardias lo corrieron a culatazos antes que otros imitaran<br />
su i<strong>de</strong>a. Eso fue poco antes <strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong>l Car<strong>de</strong>nal, quien cruzó la barrera <strong>de</strong><br />
soldados en el coche <strong>de</strong>l arzobispado haciendo caso omiso <strong>de</strong> las señales <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenerse,<br />
bajó <strong>de</strong>l vehículo y echó a andar a gran<strong>de</strong>s trancos para colocarse frente a la camioneta,<br />
don<strong>de</strong> estuvo contando las bolsas con ojos implacables mientras el Ministro en Visita<br />
improvisaba explicaciones. Cuando partió la última carga <strong>de</strong> bultos <strong>de</strong> plástico amarillo y<br />
la policía or<strong>de</strong>nó <strong>de</strong>salojar la zona, ya había caído la noche y la gente echó a andar en la<br />
oscuridad emprendiendo el regreso. Unos a otros se contaban su drama particular,<br />
comprobando que todas las <strong>de</strong>sgracias eran similares.<br />
Al día siguiente en las oficinas <strong>de</strong>l Instituto Médico se agolpaban los viajeros <strong>de</strong> todas<br />
partes <strong>de</strong>l país con la esperanza <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar a sus muertos, pero les impidieron el paso<br />
hasta nueva or<strong>de</strong>n, como indicó el General, porque una cosa es <strong>de</strong>senterrar cadáveres y<br />
otra muy distinta exhibirlos para que todo el mundo los vea como si esto fuera una feria,<br />
qué se han imaginado estos pen<strong>de</strong>jos, échele tierra a este asunto, Coronel, antes que se<br />
me acabe la paciencia.