Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
en un <strong>de</strong>scuido, porque no le gustaba posar para la cámara Las fotografías engañan al<br />
tiempo, suspendiéndolo en un trozo <strong>de</strong> cartón don<strong>de</strong> el alma queda bocabajo, <strong>de</strong>cía. El<br />
aire limpio y el entusiasmo daban a la joven el aspecto <strong>de</strong> una criatura <strong>de</strong>l bosque.<br />
Circulaba en la propiedad <strong>de</strong> los Ranquileo con la libertad y la confianza <strong>de</strong> quien hubiera<br />
nacido allí, hablando, riendo, ayudando a servir los refrescos, sorteando a los perros que<br />
movían la cola entre sus piernas. Los niños la seguían asombrados por su extraño<br />
cabello, su ropa extravagante, su risa perenne y el encanto <strong>de</strong> sus pequeños gestos.<br />
Llegaron algunos evangelistas con sus guitarras, flautas y bombos y comenzaron a<br />
entonar salmos bajo la dirección <strong>de</strong>l Reverendo, quien resultó ser un hombrecillo <strong>de</strong><br />
chaqueta lustrosa y sombrero <strong>de</strong> funeral. El coro y los instrumentos <strong>de</strong>safinaban<br />
plañi<strong>de</strong>ramente, pero nadie, excepto Irene y Francisco, parecía notarlo. Llevaban varias<br />
semanas oyéndolo y se le había acostumbrado el oído.<br />
También apareció el Padre Cirilo acezando por el enorme esfuerzo <strong>de</strong> pedalear en<br />
bicicleta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Iglesia hasta la casa <strong>de</strong> los Ranquileo. Sentado bajo el parrón, perdido<br />
en divagaciones melancólicas o en oraciones aprendidas <strong>de</strong> memoria, se mecía la barba<br />
blanca que <strong>de</strong> lejos parecía un rama <strong>de</strong> azucenas prendido a su pecho. Tal vez había<br />
comprendido que el rosario <strong>de</strong> Santa Gemita tocado por las manos <strong>de</strong>l Papa resultaba<br />
tan ineficaz en ese caso como los cánticos <strong>de</strong> su colega protestante o las píldoras<br />
multicolores <strong>de</strong>l médico <strong>de</strong> Los Riscos. <strong>De</strong> vez en cuando consultaba su reloj <strong>de</strong> bolsillo<br />
para verificar la puntualidad <strong>de</strong>l trance. Otras personas atraídas por la posibilidad <strong>de</strong> los<br />
milagros se mantenían silenciosas bajo el alero <strong>de</strong> la casa, en sillas dispersas a la<br />
sombra. Algunos conversaban pausadamente <strong>de</strong> la próxima siembra o <strong>de</strong> algún lejano<br />
partido <strong>de</strong> fútbol escuchado por radio, sin mencionar en ningún momento el interés que<br />
los había conducido hasta allí, por respeto a los dueños <strong>de</strong> casa o por pudor.<br />
Evangelina y su madre atendían a las visitas ofreciendo agua fresca con harina tostada y<br />
miel. Nada en el aspecto <strong>de</strong> la muchacha lucía anormal, se veía tranquila, con las mejillas<br />
arreboladas y una sonrisa bobalicona en su cara <strong>de</strong> manzana Estaba contenta <strong>de</strong> ser el<br />
centro <strong>de</strong> atracción <strong>de</strong> esa pequeña concurrencia.