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fotográfico, sin mencionar a nadie el propósito <strong>de</strong>l viaje, dominados ambos por la<br />
sensación <strong>de</strong> estar cometiendo una insensatez. <strong>De</strong>s<strong>de</strong> que tomaron la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong><br />
introducirse durante la noche en un campo <strong>de</strong>sconocido para abrir la mina, los dos sabían<br />
que la temeridad podía costarles la vida.<br />
Estudiaron el plano hasta conocerlo <strong>de</strong> memoria y tener la certeza <strong>de</strong> que podían llegar a<br />
<strong>de</strong>stino sin hacer preguntas que levantaran sospechas. Nada había <strong>de</strong> peligroso en esa<br />
campiña <strong>de</strong> suaves colinas, pero al internarse en los escarpados sen<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> los cerros,<br />
don<strong>de</strong> caían a pique las sombras mucho antes <strong>de</strong> la puesta <strong>de</strong>l sol, el paisaje se tornó<br />
agreste y solitario y el eco <strong>de</strong>volvió sus pensamientos agrandados por el grito lejano <strong>de</strong>l<br />
águila. Inquieto, Francisco midió la impru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> arrastrar a su amiga en una aventura<br />
cuyo puerto ignoraba.<br />
--No me llevas a ninguna parte. Soy yo quien te lleva a ti --se burló ella y tal vez tenía<br />
razón.<br />
Un letrero roído por el óxido, pero aún legible, anunciaba que la zona era recinto<br />
custodiado y el paso estaba prohibido.<br />
Unas líneas <strong>de</strong> alambre <strong>de</strong> púas cercaba el acceso con aire amenazante y por un<br />
momento los jóvenes tuvieron la tentación <strong>de</strong> aferrarse a ese pretexto para retroce<strong>de</strong>r,<br />
pero en seguida <strong>de</strong>pusieron los subterfugios y buscaron una rotura en la telaraña <strong>de</strong><br />
alambres para pasar con la moto. El aviso y el cerco contribuyeron a confirmarles la<br />
corazonada <strong>de</strong> que allí algo había por <strong>de</strong>scubrir. Tal como planearon, la noche se les<br />
echó encima justo cuando llegaron a su <strong>de</strong>stino, facilitando el secreto <strong>de</strong> sus idas y<br />
venidas. La entrada <strong>de</strong> la mina era un hoyo asomado en el cerro como una boca muda<br />
gritando sin voz. Estaba tapado con piedras, tierra apisonada y una mezcla <strong>de</strong> albañilería.<br />
Tuvieron la impresión <strong>de</strong> que nadie circulaba por esos parajes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía años. La<br />
soledad se había instalado para quedarse, borrando las huellas <strong>de</strong>l sen<strong>de</strong>ro y el recuerdo<br />
<strong>de</strong> la vida. Escondieron la motocicleta bajo unos matorrales y en seguida recorrieron el<br />
lugar en todas direcciones para cerciorarse <strong>de</strong> que no había vigilancia. La inspección los