16.02.2017 Views

De amor y de muerte

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

aceptar el hecho sin hacer preguntas. Ese sentimiento era semejante al <strong>de</strong> Francisco<br />

cuando ella estaba con su novio, pero ninguno <strong>de</strong> los dos sabía reconocer los celos.<br />

Digna Ranquileo consultó a don Simón, conocido en todo el ámbito <strong>de</strong> la región por sus<br />

aciertos medicinales, muy superiores a los <strong>de</strong>l hospital. Las enfermeda<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>cía, son <strong>de</strong><br />

dos tipos: se curan solas o no tienen remedio. En el primer caso podía aliviar los<br />

síntomas y abreviar la convalecencia, pero si le tocaba un paciente incurable, lo enviaba<br />

al doctor <strong>de</strong> Los Riscos, salvando así su prestigio y <strong>de</strong> paso salpicando <strong>de</strong> dudas a la<br />

medicina tradicional. La madre lo encontró <strong>de</strong>scansando en una silla <strong>de</strong> paja en la puerta<br />

<strong>de</strong> su casa, a tres cuadras <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong>l pueblo. Se rascaba la barriga con<br />

mansedumbre y conversaba en voz alta con un loro que se balanceaba sobre el respaldo.<br />

--Aquí le traigo a mi chiquilla-- dijo Digna sonrojándose.<br />

--¿No es ésta la Evangelina cambiada?-- saludó impávido el curan<strong>de</strong>ro.<br />

Digna asintió. El hombre se puso lentamente <strong>de</strong> pie y las invitó al interior <strong>de</strong> su morada.<br />

Entraron en una amplia habitación en penumbra, atiborrada <strong>de</strong> frascos, ramajes secos,<br />

yerbas colgando <strong>de</strong>l techo y oraciones impresas enmarcadas en la pared; mucho más<br />

parecía la covacha <strong>de</strong> un náufrago que el consultorio <strong>de</strong> un científico, como a él le<br />

gustaba <strong>de</strong>signarlo. Aseguraba ser médico graduado en Brasil y a quien lo dudara le<br />

mostraba un mugroso diploma con firmas floridas y ribetes <strong>de</strong> ángeles dorados. Una<br />

cortina <strong>de</strong> hule aislaba un rincón <strong>de</strong>l cuarto. Mientras la madre relataba los pormenores<br />

<strong>de</strong> su <strong>de</strong>sgracia, él escuchaba con los ojos entornados sumido en concentración. <strong>De</strong><br />

soslayo echaba unas miradas a Evangelina, <strong>de</strong>tallando las huellas <strong>de</strong> rasguños en su<br />

piel, la pali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> su rostro, a pesar <strong>de</strong> las mejillas partidas por el frío y las sombras<br />

violáceas bajo sus ojos. Conocía esos síntomas, pero para estar completamente seguro<br />

le or<strong>de</strong>nó cruzar la cortina y quitarse toda la ropa.<br />

--Voy a examinar a la mocosa, señora Ranquileo--dijo <strong>de</strong>positando al loro sobre la mesa y<br />

siguiendo a Evangelina.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!