16.02.2017 Views

De amor y de muerte

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Beatriz y su hija se acomodaron en el piso superior con Rosa, quien estaba a su servicio<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempos inmemoriales.<br />

La madre <strong>de</strong>coró el hogar con sus mejores posesiones <strong>de</strong>scartando toda vulgaridad y<br />

comenzó a vivir <strong>de</strong> las rentas pagadas por los pacientes <strong>de</strong> “La Voluntad <strong>de</strong> Dios”. Si las<br />

dificulta<strong>de</strong>s golpeaban a la puerta con <strong>de</strong>masiada insistencia, se movía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los<br />

límites <strong>de</strong> la máxima discreción para ven<strong>de</strong>r un cuadro, un objeto <strong>de</strong> plata o alguna joya<br />

<strong>de</strong> las muchas adquiridas para resarcirse <strong>de</strong> los regalos que su marido hacía a sus<br />

amantes.<br />

Irene lamentaba las aflicciones <strong>de</strong> su madre por esos problemas pe<strong>de</strong>stres. Era partidaria<br />

<strong>de</strong> vivir en un lugar más mo<strong>de</strong>sto y habilitar toda la casa para albergar más huéspe<strong>de</strong>s<br />

con lo cual podrían cubrir sus gastos con holgura, pero Beatriz prefería matarse<br />

trabajando y hacer toda suerte <strong>de</strong> malabarismos con tal <strong>de</strong> no mostrar su <strong>de</strong>terioro. <strong>De</strong>jar<br />

la casa habría sido un reconocimiento público <strong>de</strong> pobreza. Madre e hija diferían mucho en<br />

su apreciación <strong>de</strong> la vida. Tampoco estaban <strong>de</strong> acuerdo respecto a Eusebio Beltrán.<br />

Beatriz lo consi<strong>de</strong>raba un pillo capaz <strong>de</strong> cometer estafa, bigamia u otra felonía que lo<br />

obligara a escabullirse con el rabo entre las piernas, pero cuando emitía esas opiniones<br />

Irene le hacía frente como una fiera. La joven adoraba a su padre, rehusaba creerlo<br />

muerto y menos aceptar sus <strong>de</strong>fectos. No le importaban sus razones para <strong>de</strong>saparecer<br />

<strong>de</strong>l mundo conocido. Su afecto por él era incondicional. Atesoraba en la memoria su<br />

imagen <strong>de</strong> hombre elegante, su perfil patricio, su formidable carácter mezcla <strong>de</strong> buenos<br />

sentimientos y exaltadas pasiones que lo colocaba al filo <strong>de</strong> la truhanería. Aquellos<br />

rasgos excéntricos horrorizaban a Beatriz, pero eran los que Irene recordaba con mayor<br />

ternura.<br />

Eusebio Beltrán fue el menor <strong>de</strong> una familia <strong>de</strong> agricultores con dinero, tratado por sus<br />

hermanos como un irresponsable sin remedio, <strong>de</strong>bido a su ten<strong>de</strong>ncia al <strong>de</strong>spilfarro y su<br />

inmensa alegría <strong>de</strong> vivir, en contraste con la avaricia y melancolía <strong>de</strong> su parentela. Tan<br />

pronto murieron los padres, los hermanos repartieron la herencia, le dieron su parte y no

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!