16.02.2017 Views

De amor y de muerte

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Cuando Francisco Leal llamó a la puerta <strong>de</strong> la casa, salió Irene a recibirlo acompañada<br />

por Cleo que ladraba a sus pies.<br />

La joven se había preparado para el viaje con un chaleco en los hombros, un pañuelo en<br />

la cabeza y su grabadora.<br />

--¿Sabes dón<strong>de</strong> vive la santa?-- preguntó él.<br />

--En Los Riscos, a una hora <strong>de</strong> aquí.<br />

<strong>De</strong>jaron la perra en la casa, subieron en la motocicleta y partieron. La mañana estaba<br />

luminosa, tibia y sin nubes.<br />

Atravesaron toda la ciudad, las umbrosas calles <strong>de</strong>l barrio entre árboles opulentos y<br />

mansiones señoriales, la zona gris y ruidosa <strong>de</strong> la clase media y los anchos cordones <strong>de</strong><br />

miseria. Mientras el vehículo volaba, Francisco Leal sentía a Irene apoyada en su espalda<br />

y pensaba en ella. La primera vez que la vio, once meses antes <strong>de</strong> esa primavera<br />

fatídica, creyó que había escapado <strong>de</strong> un cuento <strong>de</strong> bucaneros y princesas, pareciéndole<br />

en verdad un prodigio que nadie más lo percibiera. Por esos días él buscaba trabajo fuera<br />

<strong>de</strong> los confines <strong>de</strong> su profesión. Su consultorio privado estaba siempre vacío,<br />

produciendo mucho gasto y ninguna ganancia. También lo habían suspendido <strong>de</strong> su<br />

cargo en la Universidad, porque cerraron la Escuela <strong>de</strong> Psicología, consi<strong>de</strong>rada un<br />

semillero <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as perniciosas. Pasó meses recorriendo liceos, hospitales e industrias sin<br />

más resultado que un creciente <strong>de</strong>sánimo, hasta convencerse <strong>de</strong> que sus años <strong>de</strong><br />

estudio y su doctorado en el extranjero <strong>de</strong> nada servían en la nueva sociedad. Y no era<br />

que <strong>de</strong> pronto se hubiesen resuelto las penurias humanas y el país estuviera poblado <strong>de</strong><br />

gente feliz, sino que los ricos no sufrían problemas existenciales y los <strong>de</strong>más, aunque lo<br />

necesitaran con <strong>de</strong>sesperación, no podían pagar el lujo <strong>de</strong> un tratamiento psicológico.<br />

Apretaban los dientes y aguantaban callados.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!