Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
imaginar a su amigo traficando con papeles <strong>de</strong> mentira. Pra<strong>de</strong>lio abrió los brazos en un<br />
gesto sin esperanza y comprendieron que con esa estatura <strong>de</strong> ciprés y esa cara <strong>de</strong><br />
tránsfugo era imposible que pasara inadvertido a los ojos <strong>de</strong> la policía.<br />
--Díganos por qué <strong>de</strong>sertó-- insistió Irene.<br />
--Por Evangelina, mi hermana.<br />
Y entonces, poco a poco, buscando las palabras en el agua quieta <strong>de</strong> su silencio habitual,<br />
interrumpiéndose con largas pausas, fue <strong>de</strong>senrollando su historia. Lo que el gigante no<br />
dijo, Irene se lo preguntó mirándolo a los ojos y lo que calló pudieron adivinarlo por su<br />
rubor, por el brillo <strong>de</strong> sus lágrimas y por el temblor <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s manos.<br />
Cuando empezaron a circular los rumores sobre Evangelina y el extraño mal que atraía a<br />
los curiosos y hacía trizas su buen nombre, colocándola en la misma categoría <strong>de</strong> los<br />
locos <strong>de</strong>l hospicio, Pra<strong>de</strong>lio Ranquileo perdió el sueño. <strong>De</strong> todos los miembros <strong>de</strong> su<br />
familia ella fue <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio la más querida y ese sentimiento creció con el tiempo.<br />
Nada conmovía tanto su corazón como enseñar los primeros pasos a esa criatura<br />
<strong>de</strong>lgada, pequeña, con el pelo rubio, tan diferente a los Ranquileo. Cuando nació, él era<br />
un muchacho <strong>de</strong> cortos años, <strong>de</strong>masiado alto y fornido para su edad, acostumbrado a las<br />
labores <strong>de</strong> un adulto y a asumir las responsabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l padre ausente. No conocía el<br />
relajo ni la ternura. Digna pasaba la vida embarazada o amamantando al último recién<br />
nacido lo cual no le impedía trabajar la tierra y hacer las labores <strong>de</strong>l hogar, pero<br />
necesitaba alguien en quien apoyarse. Confiaba en su hijo mayor y le otorgaba autoridad<br />
frente a los <strong>de</strong>más niños. En muchos aspectos Pra<strong>de</strong>lio actuaba como dueño <strong>de</strong> casa.<br />
Siendo aún muy joven cumplía ese papel y ni siquiera cuando regresaba el padre <strong>de</strong>jaba<br />
<strong>de</strong> ejercerlo <strong>de</strong>l todo. Una vez se atrevió a enfrentarlo durante una borrachera para<br />
impedir que se propasara con Digna y eso acabó <strong>de</strong> hacerlo hombre. El joven estaba<br />
dormido y <strong>de</strong>spertó al escuchar un llanto tenue, saltó <strong>de</strong> la cama y se asomó tras la<br />
cortina que separaba el rincón don<strong>de</strong> dormían sus padres. Vio a Hipólito con la mano en