Los jóvenes en un mundo en transformación Prof ... - Xuventude.net
Los jóvenes en un mundo en transformación Prof ... - Xuventude.net
Los jóvenes en un mundo en transformación Prof ... - Xuventude.net
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Los</strong> <strong>jóv<strong>en</strong>es</strong> <strong>en</strong> <strong>un</strong> m<strong>un</strong>do <strong>en</strong> <strong>transformación</strong><br />
192<br />
pr<strong>en</strong>de tanto que se pueda declarar: “Ahora ya las cosas se han arreglado <strong>en</strong> educación.<br />
Cada aula va a t<strong>en</strong>er Inter<strong>net</strong>, <strong>un</strong> ord<strong>en</strong>ador cada alumno”. Perfecto,<br />
pero estamos hablando de ut<strong>en</strong>silios, estamos hablando de información, no estamos<br />
hablando de conocimi<strong>en</strong>to; magnífico, cuantos más ut<strong>en</strong>silios, cuantos<br />
más medios de información, cuantos más libros, mejor. Pero la educación es dirigir<br />
con s<strong>en</strong>tido la propia vida. Educación es llegar a esta autonomía que nos<br />
permite t<strong>en</strong>er nuestras propias respuestas y no utilizar respuestas prestadas, y no<br />
utilizar las respuestas que a veces desde formidables y pot<strong>en</strong>tísimas instancias<br />
de poder se hac<strong>en</strong> a 10.000 kilómetros de nosotros. Por tanto, educación es dirigir<br />
con s<strong>en</strong>tido la propia vida.<br />
Y la última, es de <strong>un</strong> poeta del Bajo Ebro, de donde era mi familia, de Tortosa.<br />
Todavía vive, se llama Jesús Massip y escribió hace ya tiempo, <strong>en</strong> <strong>un</strong> libro<br />
que se llama “El libro de las horas”, <strong>un</strong> poema que termina así: “Las horas volverán<br />
y nos <strong>en</strong>contrarán instalados y dóciles”. En <strong>un</strong>a palabra, habremos pasado<br />
de <strong>un</strong>a juv<strong>en</strong>tud con proyectos, con motivación, indócil... a la instalación y la<br />
docilidad. Creo que ésto, y lo digo con toda sinceridad, es <strong>un</strong>o de los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os<br />
que más t<strong>en</strong>drían que asustarnos, sobre todo a los que queremos alertar sobre<br />
la necesidad de estar despierto, de estar activo, de no dejarse distraer, de no<br />
pasarse la vida si<strong>en</strong>do espectador, si<strong>en</strong>do receptor... . ¿Y cuándo expresamos lo<br />
que p<strong>en</strong>samos nosotros? ¿Y cuándo t<strong>en</strong>emos tiempo para p<strong>en</strong>sar? José Saramago<br />
ha dicho algo trem<strong>en</strong>do: “Llegará <strong>un</strong> mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que t<strong>en</strong>dremos tecnología<br />
100, p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to 0”. Llegará <strong>un</strong> mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que ya no t<strong>en</strong>dremos tiempo para<br />
p<strong>en</strong>sar, que sólo seremos, como dic<strong>en</strong> los ingleses, scre<strong>en</strong> driv<strong>en</strong> citiz<strong>en</strong>s, ciudadanos<br />
dirigidos por la pantalla —pantalla de televisión, pantalla de juegos<br />
electrónicos, pantalla de ord<strong>en</strong>ador—, estaremos sólo si<strong>en</strong>do espectadores <strong>en</strong><br />
lugar de autores y actores (sobre todo <strong>en</strong> lugar de autores). Nosotros somos autores,<br />
t<strong>en</strong>emos que ser autores de nuestras propias respuestas y t<strong>en</strong>emos que t<strong>en</strong>er<br />
el léxico y la capacidad para argüir <strong>en</strong> favor de nuestros p<strong>un</strong>tos de vista. Hablando<br />
se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de la g<strong>en</strong>te y t<strong>en</strong>emos que intercambiar. Pero puede llegar <strong>un</strong><br />
mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que ya somos dóciles, <strong>un</strong> mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que ya nos conformamos<br />
con el prêt-à-porter. Nos han ido sumergi<strong>en</strong>do de tal manera <strong>en</strong> información —<br />
la mayor parte de las informaciones, por otra parte, de <strong>un</strong>a calidad deplorable<br />
y de <strong>un</strong>a veracidad discutible— atractiva, a veces con motivaciones muy oscuras,<br />
pero lo cierto es que nos distra<strong>en</strong>, nos distra<strong>en</strong> hasta con <strong>en</strong>fermedades respiratorias<br />
asiáticas que nos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> a todos preocupados de tal manera que con<br />
<strong>en</strong>fermedades de <strong>un</strong>a morbilidad y de <strong>un</strong>a mortalidad muy discreta nos olvidamos<br />
—que no deberíamos olvidarnos!— de las cuestiones importantes, de<br />
todos los seres humanos iguales que nosotros.<br />
Todos los seres humanos son libres e iguales <strong>en</strong> dignidad, pero se muer<strong>en</strong><br />
cada día a chorros de sida, por ejemplo. “Ah, pero no t<strong>en</strong>emos dinero”, se dice<br />
a los africanos que se muer<strong>en</strong> de sida, a los indios que se muer<strong>en</strong> de sida. “Es<br />
que compr<strong>en</strong>dan ustedes que el tratami<strong>en</strong>to triple es muy caro”... . Esto lo dice<br />
<strong>un</strong>a sociedad que repres<strong>en</strong>ta el 20% aproximadam<strong>en</strong>te de la humanidad<br />
donde estamos nosotros, este barrio próspero de la aldea global según Mac Lu-