Los jóvenes en un mundo en transformación Prof ... - Xuventude.net
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<strong>Los</strong> <strong>jóv<strong>en</strong>es</strong> <strong>en</strong> <strong>un</strong> m<strong>un</strong>do <strong>en</strong> <strong>transformación</strong><br />
372<br />
Entonces, estamos vivi<strong>en</strong>do la realidad de la aus<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la educación. La<br />
propuesta alternativa <strong>en</strong> este caso es: ¡vivamos la realidad de la pres<strong>en</strong>cia! ¿Nosotros<br />
nos s<strong>en</strong>timos real y viv<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te pres<strong>en</strong>tes aquí? ¿O estamos simplem<strong>en</strong>te<br />
de paso? ¿Yo estoy aquí con ustedes tratando de decirles algo para cubrir<br />
los minutos que se me están acabando? ¿O estoy queri<strong>en</strong>do hacer pres<strong>en</strong>cia<br />
humana <strong>en</strong> vuestra pres<strong>en</strong>cia humana? Es muy difer<strong>en</strong>te. Tratar de com<strong>un</strong>icarnos,<br />
de podernos realm<strong>en</strong>te llegar al fondo de lo que es nuestra humanidad es<br />
lo que permitiría hablar de evolución humana. Entonces, transformar ese sistema<br />
educativo de la aus<strong>en</strong>cia por el sistema educativo de la pres<strong>en</strong>cia sería <strong>un</strong>a<br />
alternativa práctica a ese modelo que estamos buscando, <strong>en</strong> el campo que nos<br />
compete. Ciertam<strong>en</strong>te lo que sea ese cambio de época, y el sistema modélico alternativo,<br />
está refiriéndose a todos los campos del quehacer humano.<br />
Volvamos al tema del que he com<strong>en</strong>zado dici<strong>en</strong>do que es el eje de lo que<br />
pueda ser evolución humana. La evolución humana hay que trabajarla, pero<br />
hay que trabajarla con las armas propias de dicha evolución, o sea, de lo que es<br />
el ser humano. Decía ahora Manuel “las preg<strong>un</strong>tas básicas de la educación son<br />
el para qué y el qué”. Por mi parte subrayo otra preg<strong>un</strong>ta que está aj<strong>en</strong>a <strong>en</strong> la<br />
educación y que es “quién” —él lo ha dicho de otra manera, ahora lo recuerdo—.<br />
Si no t<strong>en</strong>emos claro quién es el ser humano, sujeto y objeto y binomio<br />
de educación, si no t<strong>en</strong>emos claro quién soy yo para poder evolucionar, lo mismo<br />
estoy empujando <strong>en</strong> dirección a la supuesta evolución y estoy equivocado<br />
porque no sé adónde voy, no t<strong>en</strong>go visión. No se trata, ya lo sabemos, de t<strong>en</strong>er<br />
conocimi<strong>en</strong>to, se trata de t<strong>en</strong>er visión, de saber, de t<strong>en</strong>er sabiduría, hacia dónde<br />
voy, ahí es posible hablar de evolución humana.<br />
Entonces, ¿qué nos dice <strong>en</strong> este mom<strong>en</strong>to la ci<strong>en</strong>cia, la g<strong>en</strong>ética, de la educación<br />
humana, de la evolución humana? Que ya hemos descubierto el secreto<br />
de la vida, hemos descubierto el mapa g<strong>en</strong>ético, el atlas g<strong>en</strong>ético del ser humano:<br />
ya podemos manipular perfectam<strong>en</strong>te al ser humano. Qui<strong>en</strong> se si<strong>en</strong>ta conforme<br />
y considere que eso es la base de la evolución humana, es decir qui<strong>en</strong><br />
considere que el número y la cualidad de los g<strong>en</strong>es biológicos defin<strong>en</strong> su condición<br />
humana, se id<strong>en</strong>tifica prácticam<strong>en</strong>te con otros seres vivos no personales,<br />
por ejemplo con el chimpancé, que ti<strong>en</strong>e prácticam<strong>en</strong>te nuestra misma composición<br />
g<strong>en</strong>ética biológica.<br />
Ahora se acaba de reclamar que, como t<strong>en</strong>emos los mismos g<strong>en</strong>es que <strong>un</strong><br />
chimpancé, debemos meter a los chimpancés <strong>en</strong> la especie humana porque ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
todo el derecho. También se señala que nos distinguimos tan sólo de <strong>un</strong> ratón<br />
<strong>en</strong> <strong>un</strong> pequeño número de g<strong>en</strong>es, los demás son todos iguales a los del ser<br />
“humano”.<br />
Si nos quedamos <strong>en</strong> esos espectaculares resultados del proyecto g<strong>en</strong>oma, la<br />
evolución humana está realm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> contradicción. No nos hemos preocupado<br />
quizá por ver el proyecto g<strong>en</strong>oma desde el campo de la ci<strong>en</strong>cia del que se<br />
vi<strong>en</strong>e insisti<strong>en</strong>do desde el siglo XIX, el ámbito de las llamadas ci<strong>en</strong>cias humanas,<br />
—o ci<strong>en</strong>cias del espíritu, ci<strong>en</strong>cias culturales o ci<strong>en</strong>cias noológicas— que está<br />
paralelo al de las ci<strong>en</strong>cias naturales —o ci<strong>en</strong>cias exactas, ci<strong>en</strong>cias cuantificacio-