07.05.2013 Views

Los jóvenes en un mundo en transformación Prof ... - Xuventude.net

Los jóvenes en un mundo en transformación Prof ... - Xuventude.net

Los jóvenes en un mundo en transformación Prof ... - Xuventude.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Los</strong> <strong>jóv<strong>en</strong>es</strong> <strong>en</strong> <strong>un</strong> m<strong>un</strong>do <strong>en</strong> <strong>transformación</strong><br />

52<br />

por completo y han dejado de ser ideas críticas del ord<strong>en</strong> social para ser la idea<br />

c<strong>en</strong>tral de ese mismo ord<strong>en</strong>.<br />

Fray Luis de León t<strong>en</strong>ía <strong>un</strong>a hermosa metáfora para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der este cambio.<br />

Hablaba de dos modos de existir y los repres<strong>en</strong>taba como el huerto y la nave.<br />

El huerto es la vida <strong>en</strong>cerrada <strong>en</strong> <strong>un</strong> hábitat que se cultiva con esmero, sometido<br />

a ritmos repetitivos y cíclicos de modo que se sabe que se puede esperar; es<br />

el beatus ille. Pero fr<strong>en</strong>te al huerto, la nave, <strong>un</strong>a vez más la nave, como símbolo<br />

de <strong>un</strong>a vida desterritorializada, sin raíces, móvil, siempre mas allá, impulsada<br />

por la tecnología.<br />

¿Es la nuestra pues <strong>un</strong>a sociedad postmoderna o por el contrario, <strong>un</strong>a sociedad<br />

hiper-moderna? En mi opinión la respuesta es clara. Ya no hay <strong>un</strong> p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />

tradicionalista o re-accionario que mire al pasado, y sólo lo <strong>en</strong>contramos<br />

<strong>en</strong> las fronteras a<strong>un</strong> no asimiladas a la civilización occid<strong>en</strong>tal, allí donde la modernización<br />

ha fracasado como <strong>en</strong> alg<strong>un</strong>os países musulmanes o <strong>en</strong> restos del viejo<br />

Imperio Ruso-soviético. Asistimos por el contrario, al tri<strong>un</strong>fo total de la modernidad<br />

y del espíritu ilustrado. Como señala Gidd<strong>en</strong>s, <strong>en</strong> vez de estar <strong>en</strong>trando<br />

<strong>en</strong> <strong>un</strong> período de post-modernidad, nos estamos trasladando a <strong>un</strong>o <strong>en</strong> que las consecu<strong>en</strong>cias<br />

de la modernidad se están <strong>un</strong>iversalizando y radicalizando como n<strong>un</strong>ca 47 .<br />

<strong>Los</strong> ilustrados del XVIII querían ser modernos y esa vol<strong>un</strong>tad ha continuado durante<br />

casi dos siglos. Nosotros no podemos no ser modernos; somos modernos<br />

a<strong>un</strong>que no nos guste. Es más, si lo p<strong>en</strong>samos correctam<strong>en</strong>te, n<strong>un</strong>ca fuimos pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te<br />

modernos (Latour); solo ahora lo somos, de modo que podemos afirmar<br />

con Jameson que la post-modernidad es más moderna que la propia modernidad 48 .<br />

Ello desequilibra por completo la relación <strong>en</strong>tre ord<strong>en</strong> social y cambio social,<br />

la gran dicotomía sobre la que se construye la sociología clásica desde<br />

Comte. Recordemos: ord<strong>en</strong> y progreso era su esquema, combinar el ord<strong>en</strong> del<br />

Antiguo Régim<strong>en</strong> con el progreso de la Revolución. Pero no confrontamos ya<br />

sociedades que, desde el ord<strong>en</strong>, se defi<strong>en</strong>d<strong>en</strong> fr<strong>en</strong>te a los riesgos del cambio, sino<br />

sociedades as<strong>en</strong>tadas sobre su propio cambio. Y aquí <strong>en</strong>contramos la clave<br />

del cambio de s<strong>en</strong>tido político de la innovación y del propio cambio social:<br />

pues cuando el ord<strong>en</strong> devi<strong>en</strong>e el cambio, los hombres de ord<strong>en</strong> se hac<strong>en</strong> innovadores.<br />

Y viceversa, los críticos se hac<strong>en</strong> conservadores. Apoyar el ord<strong>en</strong> social<br />

moderno es, paradójicam<strong>en</strong>te, promover su cambio acelerado. Por el contrario,<br />

criticar el ord<strong>en</strong> social es, paradójicam<strong>en</strong>te, resistir ese cambio. Y por eso hoy,<br />

quizás la mayor innovación, probablem<strong>en</strong>te la única que queda, es resistirse a<br />

ella. Y la única trasgresión es la vol<strong>un</strong>tad de no transgredir. Esto es lo que explica<br />

que los conservadores de hoy (de culturas, l<strong>en</strong>guas, id<strong>en</strong>tidades, especies,<br />

biodiversidad, naturaleza) sean los herederos de los progresistas del pasado,<br />

mi<strong>en</strong>tras los innovadores de hoy son los herederos de los conservadores de antaño.<br />

Somos todos —como decía irónicam<strong>en</strong>te Woody All<strong>en</strong> <strong>en</strong> Annie Hall—,<br />

reaccionarios de izquierdas o progresistas de derechas.<br />

(47) A. Gidd<strong>en</strong>s, Consecu<strong>en</strong>cias de la modernidad, Alianza, Madrid, 1994, p. 17.<br />

(48) F. Jameson, Teoría de la posmodernidad, Trotta, Valladolíd, 1998, p. 232.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!