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Capítulo 72<br />

Infección de piel y partes blandas. Herida quirúrgica 591<br />

cura sin dejar cicatriz. El impétigo bulloso cursa con grandes ampollas, en menor número,<br />

que pueden persistir durante varios días.<br />

Erisipela: localizada en miembros inferiores (80%) y menos en cara, cursa con placa<br />

delimitada, sobreelevada, eritematosa, edematosa y dolorosa con aspecto de “piel<br />

de naranja”. Suele asociarse fiebre y mal estado general.<br />

Celulitis: es típica la lesión eritematosa (rosada o rojiza) y la presencia de dolor, calor<br />

y, a menudo, fiebre. La localización más habitual son las extremidades inferiores<br />

(puede presentarse en cualquier parte del cuerpo). Los bordes de la lesión no suelen<br />

estar sobreelevados ni bien definidos y a veces puede aparecer flictenas, necrosis<br />

parcheada, supuración o sobreinfección.<br />

Infecciones necrosantes: las manifestaciones clínicas suelen ser escasas o nulas,<br />

por lo que hay que tener un alto índice de sospecha. Los signos de alarma, que suelen<br />

aparecer de forma tardía, son: dolor desproporcionado con pocos signos locales,<br />

mala respuesta antibiótica inicial y progresión de la lesión, consistencia leñosa del tejido<br />

celular subcutáneo, crepitación, secreción acuosa maloliente, ampollas cutáneas<br />

y cambio de coloración de la piel, anestesia cutánea (destrucción de nervios sensitivos<br />

superficiales), signos de toxicidad sistémica, sepsis grave o shock y deterioro del nivel<br />

de consciencia.<br />

DIAGNÓSTICO<br />

Criterios de diagnóstico<br />

Las claves en el diagnóstico de las infecciones de piel y partes blandas son determinar<br />

si existe necrosis, cuál es la profundidad de la lesión (estructuras involucradas:<br />

piel, tejido celular subcutáneo, fascia profunda o músculo), el grado de afectación<br />

sistémica y los factores de riesgo de mala evolución. El diagnóstico suele ser clínico<br />

mediante la visualización de las lesiones previamente descritas. En el caso de la celulitis<br />

es útil marcar los bordes de la placa para evaluar si progresa. Otras veces la<br />

expresividad es escasa o nula como en las fascitis necrosantes. Sospecharemos<br />

IHQ ante los siguientes hallazgos clínicos: fiebre postoperatoria, signos inflamatorios<br />

locales o supuración espontánea, y en la exploración de la herida (apertura o ex -<br />

presión).<br />

Pruebas complementarias<br />

■ Analítica básica: hemograma y bioquímica con ionograma y función renal.<br />

■ Hemocultivos si existe fiebre o signos de afectación sistémica.<br />

■ Frotis del exudado o punción-aspiración (PAAF) de la lesión con tinción de gram y<br />

cultivo: el diagnóstico microbiológico, en ausencia de tratamiento antibiótico previo,<br />

es positivo en un 20%. En la sospecha de IHQ es útil la realización de una PAAF.<br />

En los pacientes diabéticos, inmunodeprimidos o con procesos inflamatorios crónicos<br />

la rentabilidad de la toma de hemocultivos o la PAAF de la zona de máxima inflamación<br />

es mayor. En ellos está especialmente indicada la búsqueda del agente causal por su<br />

potencial gravedad, presencia de microorganismos no habituales o resistencias a antibióticos<br />

de uso habitual.

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