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Anexo<br />

Una pasión microscópica: Ramón y Cajal<br />

(Adaptación <strong>de</strong>l libro “Una historia sentimental <strong>de</strong> las ciencias” Colección Ciencia que ladra)<br />

Los estudios <strong>de</strong> los “minibichitos” realizados por Antoine Van Leeuwenhoek (1632-1723) cuando analizaba<br />

gotas <strong>de</strong> agua y <strong>de</strong> otros fluidos corporales fueron recibidos en principio con una leve nausea y cierta<br />

indiferencia. Recién en el siglo XIX suscitaron la insaciable curiosidad <strong>de</strong> los biólogos para la exploración <strong>de</strong><br />

nuestro microcosmos interno.<br />

En 1880, dos siglos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Van Leeuwenhoek, y cuando los gran<strong>de</strong>s profesores <strong>de</strong> medicina española<br />

siguen consi<strong>de</strong>rando superfluo el uso sistemático <strong>de</strong>l microscopio, Santiago Ramón y Cajal (1852-1934)<br />

experimenta el gran vértigo, es un estudiante <strong>de</strong> medicina catalán y como recompensa por sus trabajos sobre<br />

cólera, que entonces causaba estragos en la región, le ofrecieron el nec plus ultra: ¡un microscopio Zeiss!<br />

Cajal empren<strong>de</strong> con el estudio <strong>de</strong>l cerebro y vuela <strong>de</strong> éxito en éxito con una curiosa mezcla <strong>de</strong> pasión científica<br />

y <strong>de</strong> nacionalismo exacerbado, ya que España estaba lejos <strong>de</strong> figurar en el rango <strong>de</strong> las naciones científicas. El<br />

caos que eligió elucidar será el <strong>de</strong> las neuronas <strong>de</strong> la materia gris, esas células <strong>de</strong>sgreñadas, más <strong>de</strong>nsas que un<br />

bosque tropical, <strong>de</strong> las que emerge el pensamiento humano y que le italiano Camillo Golgi (1843-1926) mal que<br />

bien logra teñir con nitrato <strong>de</strong> plata y a hacerlas visibles en láminas <strong>de</strong>lgadas en el microscopio. Cajal hace algo<br />

mejor, perfecciona en su cocina el procedimiento <strong>de</strong> fijación <strong>de</strong> la plata, utiliza placas más gruesas y obtiene un<br />

resultado “tan claro como un dibujo con tinta china sobre papel Japón”.<br />

Sobre los dibujos <strong>de</strong>l Cajal, <strong>de</strong>spachados a costa <strong>de</strong>l autor por toda Europa a corresponsales famosos que en su<br />

mayoría no hablan español, las neuronas y sus <strong>de</strong>ndritas arborescentes se muestran como totalmente aisladas<br />

<strong>de</strong> sus vecinos. Hasta entonces, la opinión que prevalecía en el medio <strong>de</strong> la neurología, en particular en Golgi,<br />

era que las neuronas estaban relacionadas entre sí, como por hilos eléctricos, por re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>ndritas <strong>de</strong>masiado<br />

finas para ser vistas en el microscopio. La calidad <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> Cajal mostraba claramente que no era así, y<br />

abría el camino a las hipótesis <strong>de</strong> comunicación química entre neuronas vecinas, comunicación que se hace,<br />

hoy lo sabemos, por la emisión y recepción <strong>de</strong> moléculas <strong>de</strong> “neuromediadores”. Como tal hipótesis implicaba<br />

la observación fina <strong>de</strong> todas las células nerviosas <strong>de</strong>l cuerpo, ya se trate <strong>de</strong>l cerebro, la retina o la médula<br />

espinal, años <strong>de</strong> investigación se abrían ante él.<br />

Las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Cajal sobre la interconexión <strong>de</strong> las neuronas, como tantas otras i<strong>de</strong>as, en efecto maduraron largos<br />

años antes “<strong>de</strong> emerger repentinamente en su espíritu como una revelación”. Pero el verda<strong>de</strong>ro secreto <strong>de</strong> ese<br />

éxito es “el sentido común más ordinario” asegura Cajal, que asimila la materia gris a un bosque <strong>de</strong>nso que hay<br />

que explorar. Primer método, empleado entre otros por Golgi: avanzar a machetazos cortando los arbustos y<br />

las plantas parásitas para liberar los gran<strong>de</strong>s árboles (las neuronas) <strong>de</strong> las diversas especies. Por <strong>de</strong>sdicha, la<br />

poda nunca es total y las técnicas <strong>de</strong> tintura a menudo no dan más que un gris indistinto. Segundo método, el<br />

suyo: puesto que el bosque plenamente <strong>de</strong>sarrollado es impenetrable, ¿por qué no estudiar un bosque<br />

naciente? Trabajando sobre el embrión y no sobre el adulto, “la materia gris se presenta a uno con una<br />

precisión y claridad admirables”.<br />

“Una historia Sentimental <strong>de</strong> las Ciencias”<br />

Nicolás Witkkowski<br />

Colección Ciencia que ladra. Serie Mayor<br />

Editorial Siglo veintiuno editores<br />

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