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Alimentación salud y cultura - SANHISO C. International health and ...

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AlimentAción, sAlud y culturA: encuentros interdisciplinAres<br />

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ral, se había ido a vivir con otras compañeras de trabajo, jóvenes como<br />

ella. Las pautas que prevalecen en su nuevo hogar son parecidas a las<br />

de cualquier piso compartido por jóvenes «autóctonos» de su misma<br />

edad. También, como sucede a menudo en estas situaciones, en el congelador<br />

guarda platos preparados por su madre para ella. No supone<br />

esto ninguna diferencia con sus compañeras de piso: todas reciben<br />

ayuda culinaria de sus madres, y en todos los casos se trata de platos<br />

elaborados que ellas ni saben ni están dispuestas a preparar, aunque<br />

les gusten, por lo laboriosos. La única diferencia es que, en el caso de<br />

nuestra informante, los platos son pakistaníes, pero los comparte con<br />

sus compañeras, que también los aprecian, del mismo modo que ella<br />

come los platos catalanes preparados por las madres de sus amigas.<br />

Otra de nuestras informantes, una mujer ecuatoriana de 40 años<br />

que vivía con su hija de 20 años y su hijo de 15, había adoptado hacía<br />

tiempo un «estilo alimentario» muy parecido al de otras mujeres<br />

«autóctonas» de su edad. Tanto a ella como a su hija les preocupaba el<br />

control de peso y disponían de poco tiempo para cocinar, por lo que<br />

optaban a menudo por las ensaladas, las verduras cocidas, la carne<br />

a la plancha, las tortillas, los yogures y la fruta. La presencia del hijo<br />

menor forzaba la introducción frecuente de platos de pasta, de pizza<br />

y de hamburguesas los fines de semana. Aunque tanto esta mujer<br />

como su hija apreciaban mucho la comida de su país —el hijo adolescente<br />

expresaba una mayor preferencia por la cocina autóctona, ya<br />

que desde pequeño había comido en el comedor escolar—, no solían<br />

prepararla, y aducían dos motivos para no hacerlo: les parecía más<br />

«engordante» y resultaba más laboriosa su elaboración. Solo comían<br />

platos propios cu<strong>and</strong>o iban a comer a casa de familiares y amigos, de<br />

compatriotas que también residían en Barcelona, o cu<strong>and</strong>o, de vez<br />

en cu<strong>and</strong>o, acudían a algún restaurante ecuatoriano, en ocasión de<br />

alguna celebración.<br />

En algunos casos —y esto se ha observado a menudo en familias<br />

marroquíes— los padres conservan sus pautas alimentarias, mientras<br />

que los hijos adoptan otras mucho más cercanas a las «autóctonas», generándose<br />

así un modelo distinto entre padres e hijos. Las diferencias<br />

no afectan solo a los propios platos —los padres comen tagine, los<br />

hijos espaguetis, por ejemplo— sino que también se producen otras diferencias,<br />

como por ejemplo que los padres coman de la misma fuente<br />

común, puesta en el centro de la mesa, y los hijos en platos individuales.

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