Alimentación salud y cultura - SANHISO C. International health and ...

AlimentAción, sAlud y culturA: encuentros interdisciplinAres
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sas. La alimentación, a través de una dieta óptima, era considerada la
base de un buen desarrollo corporal y orgánico, fundamento de la
inmunidad y la salud, fuente de la energía orgánica. En períodos de
hambre y de crisis de subsistencias, el descenso del consumo castigaba
la economía, pero también la salud. La energía orgánica era considerada
esencial para hacer frente a enfermedades infecciosas tales
como tuberculosis; por eso, la alimentación del tuberculoso fue objeto
de debate científico. El concepto de la condición pre-tubercular
en niños como predisposición a la enfermedad se relacionó con la
alimentación defectuosa, el trabajo excesivo, la falta de higiene y las
condiciones de vida propias de la pobreza y la exclusión.
Todos estos factores que actuaron en el contexto histórico previo
al periodo de entreguerras nos permiten considerar que, ya antes de
la aparición de la nutrición como campo experimental de la investigación
científica, especialmente en los años treinta, el hambre y la
alimentación se convirtieron en una cuestión importante para la acción
social, asociada principalmente a las estrategias preventivas de la
salud pública y también a la acción médica, que veía en la dieta algo
esencial para la salud óptima y para minimizar el riesgo de sufrir enfermedades
infecciosas. La preocupación por la dieta forma parte de
una larga tradición médica, que alcanzó dimensión política antes de la
aparición de una nueva ciencia de la nutrición basada en el descubrimiento
de las vitaminas, los elementos orgánicos y las enfermedades
deficitarias específicas (Ryymin, 2007).
Pronto, el concepto de resistencia orgánica a la infección se relacionó
directamente con el estado alimenticio de los ciudadanos y
con la dieta óptima (Barona, 2008). Las deficiencias nutritivas y la malnutrición
se reconocieron como el factor principal que deterioraba
la resistencia orgánica, etapa previa a la infección. Desde esa perspectiva,
las vacunas y las medicinas eran importantes para tratar las
infecciones, pero también el régimen de vida y la dieta, fundamento
de un buen tratamiento frente a cualquier infección. A finales de los
años veinte, la pobreza, el problema de la salud infantil, el desempleo
y el hambre impulsaron una nueva etapa caracterizada por el impulso
internacional a la ciencia de la nutrición y por el paso a primer plano
de la alimentación como factor político internacional.