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Una vez en el exterior de la terminal de autobuses descubrí que hacía uno

de aquellos hermosos días típicos del Medio Oeste norteamericano. Un sol

anaranjado brillaba, bajo, en el cielo. Aunque yo no había estado nunca en

Middletown, había investigado mucho sobre la ciudad y sabía que Halliday

había configurado el planeta de tal manera que, lo visitaras cuando lo

visitaras, e independientemente del punto del planeta que escogieras, te

encontraras siempre en una tarde perfecta de finales de otoño, en torno a

1986.

Abrí el mapa de la ciudad y tracé una ruta desde donde me encontraba

hasta el hogar de infancia de Halliday. La distancia era, aproximadamente,

de un kilómetro y medio en dirección norte. Indiqué la dirección a mi avatar

y empecé a correr. Me asombraba la absoluta precisión de los detalles. Había

leído que Halliday había configurado personalmente el planeta, basándose en

sus recuerdos, para recrear la ciudad tal como era en su infancia. Había

recurrido a planos antiguos de calles, a listines telefónicos, a fotografías y a

vídeos para inspirarse, para asegurarse de que todo fuera auténtico y

fidedigno.

El lugar me recordaba mucho a la ciudad que aparecía en la película

Footloose. Pequeño, campestre y poco poblado. Todas las casas parecían

enormes y situadas a una distancia absurda las unas de las otras. A mí me

alucinaba que, cincuenta años atrás, incluso las familias de bajos ingresos

dispusieran de casas enteras. Los PNJ que hacían de ciudadanos parecían

extras salidos de algún vídeo de John Cougar Mellencamp. Vi a algunos

recogiendo hojas secas con rastrillos, paseando perros y sentados en porches.

Por pura curiosidad, saludé a algunos de ellos, que amablemente, en todos

los casos, me devolvieron el saludo.

Por todas partes había pistas de la época en la que me encontraba.

Coches y camiones conducidos por PNJ pasaban despacio por calles

sombreadas; antiguallas que consumían litros y más litros de gasolina:

Trans-Ams, Dodge Omnis, IROC Z28s, y K-Cars. Pasé por delante de una

gasolinera y un cartel anunciaba que cuatro litros de gasolina costaban sólo

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