02.08.2021 Views

ready-player-one-ernest-cline

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

0006

Casi todos los alumnos escogían lenguas extranjeras con la idea de poder

usarlas algún día, como el mandarín, el hindi o el español. Yo me decidí por

el latín siguiendo el ejemplo de James Halliday, que también lo había

estudiado y, a veces, usaba palabras y expresiones latinas en sus primeros

juegos de aventuras. Por desgracia, y a pesar de las posibilidades ilimitadas

que ofrecía Oasis, a mi profesora de latín, la señora Rank, le costaba mucho

hacer de sus clases algo interesante. Ese día en concreto repasaba un montón

de verbos que yo ya había memorizado, lo que hizo que me distrajera casi

desde el principio.

Durante una clase, el juego de simulación impedía que los alumnos

tuvieran acceso a cualquier dato o programa no autorizado por su profesor, a

fin de que los alumnos no pudieran ver películas, entretenerse con juegos o

chatear entre ellos en lugar de seguir las lecciones. Por suerte, durante mi

primer año, había descubierto un defecto en el software de la biblioteca

online de la escuela y, aprovechándome de él, lograba entrar en cualquier

libro de los que contenía, incluido el Almanaque de Anorak. De modo que

siempre que me aburría (como ese día), lo colgaba de una ventana de mi

escritorio y leía mis pasajes favoritos para pasar el rato.

A lo largo de los últimos cinco años, el Almanaque de Anorak se había

convertido en mi Biblia. Como sucedía con la mayoría de los libros, ése

también estaba disponible solamente en formato electrónico. Pero yo quería

leerlo a cualquier hora del día o de la noche, incluso durante alguno de los

frecuentes apagones, por lo que había reparado una de las impresoras láser

antiguas para disponer de una copia en papel. La había metido en una carpeta

de tres anillas que llevaba en la mochila y la leí una y otra vez, hasta que me

aprendí de memoria todas y cada una de sus palabras.

En el Almanaque de Anorak había miles de referencias a los libros,

programas de televisión, películas, novelas ilustradas y videojuegos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!