02.08.2021 Views

ready-player-one-ernest-cline

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Estaba absolutamente paralizado.

Notaba que iba sucumbiendo a una desesperanza inconmensurable. Mis

esfuerzos de los últimos cinco años habían sido en vano. Imprudente, había

infravalorado a Sorrento y a los sixers. Y estaba a punto de pagar el precio

final por mi soberbia. Aquellos lacayos desalmados, vendidos a su empresa,

se cernían sobre el Huevo en ese mismo momento. Lo presentía; lo notaba

en cada fibra de mi ser.

Había perdido a Art3mis e iba a perder el concurso.

Y ya había decidido qué iba a hacer cuando eso ocurriera. En primer

lugar, escogería a uno de los chicos que formaban parte de mi club de fans,

uno sin dinero, y con un avatar inexperto, de primer nivel, y le entregaría

todos los artículos que poseía. Después activaría la secuencia de

autodestrucción de mi fortaleza y me sentaría ante el puente de mando

mientras todo saltaba por los aires, destruido por una gigantesca explosión

termonuclear. Mi avatar moriría, y el GAME OVER aparecería en el centro

de mi visualización. Y entonces me quitaría el visor y saldría de mi

apartamento por primera vez en seis meses. Subiría al terrado en ascensor. O

tal vez, por qué no, iría por la escalera. Para hacer un poco de ejercicio.

En el terrado del edificio había un pequeño jardín botánico. Yo no lo

había visitado nunca, pero había visto fotos y lo había admirado a través de

su webcam. Habían instalado una barrera de plexiglás transparente alrededor

para que la gente no saltara al vacío. Pero no servía de nada. Desde que yo

me había instalado, tres personas decididas lo habían logrado.

Me sentaría ahí arriba y aspiraría un rato el aire sin filtro de la ciudad, y

sentiría el viento en la piel. Después treparía por la barrera y me lanzaría al

otro lado.

Por el momento, ése era mi plan.

Estaba intentando decidir qué canción silbaría mientras fuera al

encuentro de la muerte cuando sonó el teléfono. Era Shoto. No estaba de

humor para hablar, por lo que dejé que se activara el vidmail y lo vi dejar el

mensaje. Era breve. Me decía que tenía que venir a mi fortaleza a

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!