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impactara en la escalinata del castillo, matando a varios avatares allí

concentrados.

Encendí las botas de propulsión de mi avatar, justo antes de impactar en

el suelo, y ajusté al momento los controles de mi equipo de inmersión, que

manejaba a mi avatar y no a un robot gigante. Logré aterrizar de pie delante

del castillo, libre de la chatarra incendiada de Leopardon. Un segundo

después de tomar tierra, una sombra me cubrió y al volverme descubrí al

monstruo de Sorrento ocultando el cielo. Levantó su inmenso pie izquierdo,

dispuesto a aplastarme.

Di tres pasos rápidos, salté y una vez en el aire activé mis botas de

propulsión. El salto me libró por los pelos del pisotón de Mechagodzilla, que

dejó un cráter en el lugar exacto donde yo me encontraba hacía apenas un

segundo. La bestia de metal soltó otro chillido ensordecedor, seguido de una

carcajada atronadora y hueca. La risa de Sorrento.

Corté el chorro de propulsión de mis botas y adopté forma de bola. De

ese modo caí al suelo rodando y cuando me detuve, me puse en pie. Alcé la

vista para verle la cara metálica al lagarto. Sus ojos, en ese momento, no

brillaban… Así que podía propulsarme una vez más y llegar al interior del

castillo sin dar tiempo a Sorrento a dispararme de nuevo. Y él no podría

seguirme al interior, a menos que se desprendiera de su robot gigante.

Oí que Art3mis y Hache me gritaban por el comunicador. Ya estaban

dentro, frente a la puerta, esperándome.

Lo único que tenía que hacer era entrar volando en el castillo y unirme a

ellos. Podríamos franquearla los tres juntos, antes de que Sorrento nos diera

alcance. Estaba seguro.

Pero no me moví. Lo que sí hice, en cambio, fue extraer la Cápsula Beta

y sostener el pequeño cilindro metálico en la palma de mi mano.

Sorrento había intentado matarme. Y, de paso, se había cargado a mi tía,

a varios vecinos, entre ellos a la dulce señora Gilmore, que jamás en su vida

había hecho daño a nadie. También había asesinado a Daito, que era mi

amigo, a pesar de que no habíamos llegado a conocernos personalmente.

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