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apareció el siguiente aviso: «NADA DE TRAMPAS. UN INTENTO MÁS Y

GAME OVER».

Por suerte, resultó que no iba a necesitar ayuda. Una vez que tuve en mi

poder cinco comodines de réplicas conseguí relajarme, y entonces empecé a

divertirme con aquel juego. No era difícil pasarlo bien metido dentro de una

de mis pelis favoritas. Transcurrido un rato descubrí, incluso, que te daban

puntos extras por pronunciar ciertas réplicas en el tono exacto y con la

misma inflexión de voz que en el original.

En aquel momento no lo sabía, pero acababa de convertirme en la

primera persona del mundo en participar en una clase de videojuego que era

totalmente novedosa. Cuando GSS tuvo conocimiento de la simulación de

Juegos de guerra, en la Primera Puerta (lo que ocurrió poco después), la

empresa se apresuró a patentar la idea y se puso a comprar los derechos de

películas y programas de televisión antiguos para convertirlos en juegos

interactivos de inmersión a los que llamaron Flicksyncs, es decir, algo así

como «peliback». Éstos se hicieron muy populares. Se creó un inmenso

mercado de juegos que permitían actuar como protagonistas en las películas

y series de televisión preferidas.

Cuando llegué a las escenas finales, el cansancio empezaba a pasarme

factura y noté que no controlaba bien mis movimientos. Llevaba más de

veinticuatro horas sin dormir, conectado ininterrumpidamente. La última

acción que debía ejecutar consistía en ordenar al superordenador WOPR que

jugara a tres en raya consigo mismo. Como todos los juegos a los que jugaba

el WOPR terminaban en tablas, aquello tenía el improbable efecto de

enseñar al ordenador, dotado de inteligencia artificial, que «lo único que

había que hacer para ganar era no jugar». Y de ese modo se impedía que el

WOPR lanzara todos los misiles balísticos intercontinentales de Estados

Unidos contra la Unión Soviética.

Yo, David Lightman, adolescente y loco por la informática, residente en

las afueras de Seattle, había conseguido impedir sin ayuda de nadie que se

produjera el fin de la civilización humana.

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