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Consulté la hora. Faltaban exactamente diecisiete minutos y veinte

segundos para que terminara la jornada escolar. Permanecí en mi sitio, con

los dientes muy apretados, contando cada segundo, mientras mi mente

seguía desbocada.

Ludus era un mundo anodino situado en el Sector 1. Se suponía que allí

sólo había colegios, por lo que era el último sitio donde a un gunter se le

ocurriría buscar la Llave de Cobre. Era, al menos, el último lugar donde a mí

se me habría ocurrido buscar, y eso ya demostraba que se trataba de un

escondite perfecto. Pero ¿por qué habría Halliday decidido ocultar la Llave

de Cobre allí? A menos que…

Que quisiera que la encontrara un estudiante.

Seguía dando vueltas a las implicaciones de aquella idea cuando, al fin,

sonó el timbre. A mi alrededor los demás estudiantes empezaron a salir del

aula o a esfumarse de sus asientos. El avatar de la señora Rank también

desapareció, y en cuestión de segundos me quedé solo en clase.

Subí un mapa de Ludus al visualizador. Apareció como un globo

tridimensional flotando ante mí; le di un poco de impulso con la mano para

hacerlo girar. Ludus era un planeta relativamente pequeño para los

parámetros de Oasis, de un tamaño que equivalía a una tercera parte de la

luna de la Tierra, con una circunferencia de exactamente mil kilómetros. Su

superficie estaba ocupada por un solo continente continuo. No había

océanos, pero sí unos diez o doce lagos grandes situados aquí y allá. Como

los planetas de Oasis no eran reales, no tenían por qué obedecer las leyes de

la naturaleza. En Ludus siempre era de día, independientemente del punto de

la superficie en que uno se encontrara, y el cielo era de un perpetuo azul, sin

una sola nube. El sol estacionario que permanecía suspendido sobre él no era

más que una fuente de luz virtual, programada en el cielo imaginario.

Sobre el mapa, los campus de las escuelas aparecían como miles de

rectángulos idénticos y numerados que salpicaban la superficie del planeta.

Estaban separados por prados verdes y ondulados, por ríos y cadenas

montañosas, por bosques. Éstos eran de todos los tamaños y las formas

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