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vectoriales mientras luchas contra arañas, gigantes de piedra, monstruos

blandos y fantasmas, y desciendes más y más, y pasas por los cinco niveles

de la mazmorra, que gradualmente van aumentando la dificultad. Tardé un

rato en volver a encontrarle el tranquillo al juego, pero una vez lo conseguí,

no me pareció difícil. La posibilidad de salvar la posición en todo momento

me proporcionaba infinitas vidas (aunque guardar y cargar de nuevo los

juegos desde una cinta de casete resultó ser un proceso largo y farragoso. En

más de una ocasión debía intentarlo varias veces y también mover con

mucho cuidado el mando del volumen del radiocasete.) Guardar el juego

también me permitía hacer pequeñas pausas para ir al baño o recargar mi

calefactor.

Mientras jugaba, la banda sonora de Conan el Bárbaro terminó, el

altavoz emitió un chasquido y en el casete empezó a sonar la otra cara de la

cinta, que era la banda sonora de Lady Halcón, llena de sintetizadores. Cómo

iba a vengarme de Hache cuando lo viera…

Alcancé el último nivel de la mazmorra hacia las cuatro de la madrugada

y tuve que enfrentarme al Brujo Malvado de Daggorath. Tras morirme y

comenzar de nuevo dos veces, logré derrotarlo, usando la Espada Élfica y

una Anilla de Hielo. Superé el juego recogiendo el anillo mágico del

hechicero, que me quedé. Cuando lo hice, en la pantalla apareció una imagen

que mostraba a un mago con una estrella brillante en su vara y en sus

ropajes. El texto de la parte inferior rezaba así: «¡MIRAD: EL DESTINO

AGUARDA LA MANO DE UN NUEVO MAGO!»

Esperé para ver qué sucedía. Por un momento no ocurrió nada. Pero

luego la viejísima impresora de matriz de puntos de Halliday se puso en

marcha y, con gran estrépito, escupió una sola línea de texto. El rodillo giró

y arrastró la hoja hasta lo alto de la máquina. La arranqué y leí lo que decía:

«¡FELICIDADES! ¡HAS FRANQUEADO LA PRIMERA PUERTA!»

Miré a mi alrededor y vi que, en la pared del dormitorio, había aparecido

una verja de hierro forjado, en el mismo lugar donde, hasta hacía un

segundo, había colgado un póster de la película Juegos de guerra. En el

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