02.08.2021 Views

ready-player-one-ernest-cline

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

0022

La Vonnegut abandonó la velocidad de la luz y Archaide inundó de

pronto la pantalla del puente de mando. Sobresalía del resto de planetas de la

zona, precisamente, porque no estaba diseñado para parecer real. Todos los

demás figuraban reproducidos con gran meticulosidad, nubes, continentes o

cráteres de impacto sobre sus superficies curvadas. Pero Archaide no

presentaba ninguno de aquellos rasgos porque albergaba el mayor museo de

videojuegos clásicos de Oasis y había sido diseñado como homenaje a los

juegos de grafismo vectorial de finales de los setenta y principios de los

ochenta. La única característica de la superficie del planeta era una red

iluminada de puntos verdes similares a las luces de tierra de las pistas de

aterrizaje de los aeropuertos. Éstos se hallaban uniformemente repartidos

por todo el globo, formando una trama perfecta, de manera que, desde la

órbita, Archaide parecía la Estrella de la Muerte, representada en grafismo

vectorial, del videojuego de La guerra de las galaxias que Atari había

empezado a comercializar en 1983.

Mientras Max pilotaba la Vonnegut hasta la superficie, yo me preparé

para un posible combate cargando mi armadura y mejorando mi avatar con

varias pociones y nanopacks. Archaide era una zona PvP, además de una

zona de caos, lo que implicaba que allí funcionaba tanto la magia como la

tecnología. Así que me aseguré bien de llevar conmigo todos mis macros

para las contingencias de combate.

La rampa de carga de la Vonnegut, de acero, reproducida con gran

detalle, descendió hasta el suelo, creando un gran contraste contra la negrura

digital de la superficie de Archaide. Tras bajar por ella pulsé un dispositivo

que llevaba instalado en mi muñeca derecha y la rampa se retrajo. Al

momento, la nave activó sus sistemas de seguridad, con un zumbido agudo.

Un escudo transparente, azulado, rodeó el casco.

Miré hacia el horizonte, una sencilla línea verde y gastada que dibujaba

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!