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LOGIN tecleé «LEUCOSIA» y le di a Intro.

En ese momento, todos los aparatos de la sala se pusieron en marcha.

Amplificados por el techo abovedado resonaban los chirridos de las unidades

de disco, los pitidos y otros sonidos de los tests automáticos de arranque.

Me fui de nuevo hasta la Atari 2600 y rebusqué en el inmenso estante de

cartuchos de juegos ordenados alfabéticamente que se hallaba junto a ella,

hasta que encontré el que estaba buscando: Adventure. Lo introduje en la

consola y la encendí antes de pulsar el botón de RESET para iniciar el juego.

Tardé apenas unos minutos en alcanzar la Habitación Secreta.

Desenvainé la espada y la usé para liquidar a los tres dragones. Después

encontré la llave negra, abrí las puertas del Castillo Negro y me introduje en

su laberinto. El punto gris estaba escondido donde se suponía que debía

estar. Lo recogí y lo llevé de vuelta por el diminuto reino de ocho bits, y

después lo usé para cruzar la barrera mágica y entrar en la Habitación

Secreta. Pero, a diferencia de lo que sucedía en el juego original de Atari,

aquella Habitación Secreta no tenía el nombre de Warren Robinett, el

programador de Adventure. Lo que se veía en el centro mismo de la pantalla

era una gran forma ovalada de bordes pixelados. Un huevo.

«El Huevo.»

Permanecí unos instantes en silencio absoluto, incrédulo, observando la

pantalla. Y entonces desplacé hacia la derecha el joystick para que mi

diminuto avatar en forma de cuadrado se moviera por aquel fondo

parpadeante. El altavoz del televisor emitió un breve pitido electrónico

cuando solté el punto gris y recogí el huevo. Hubo un destello de luz

brillante, y vi que mi avatar ya no sostenía el joystick. Entonces, sostenido

entre las manos, tenía un gran huevo plateado. En su superficie curvada se

reflejaba el rostro distorsionado de mi avatar.

Cuando finalmente, haciendo un gran esfuerzo, conseguí dejar de

mirarlo, alcé la vista y vi que la puerta de doble hoja del otro extremo de la

sala había sido sustituida por otra, la salida: un portal con marco de cristal

que conducía de nuevo al vestíbulo del Castillo de Anorak. La fortaleza

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