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Era la única explicación. Sólo ese artefacto, increíblemente potente, era

capaz de algo así. Había matado a los avatares del sector y destruido incluso

el Castillo de Anorak, una fortaleza que, hasta ese momento, había resultado

indestructible.

Yo contemplaba la puerta abierta que flotaba en el espacio vacío y

esperaba lo inevitable, que apareciera el mensaje final en el centro de mi

visualizador: las palabras que sabía que todos los demás avatares debían de

estar viendo en ese momento: GAME OVER.

Pero cuando al fin aparecieron unas letras, el mensaje era otro:

«¡FELICIDADES! ¡TIENES UNA VIDA EXTRA!»

Después, mientras contemplaba asombrado el mensaje, vi que mi avatar

reaparecía, regresando a la existencia en el punto exacto donde acababa de

morir segundos antes: volvía a encontrarme frente a la puerta abierta. Pero,

entonces, flotaba en el aire, suspendida varios metros por encima de la

superficie del planeta, sobre el cráter creado por la destrucción del castillo.

Mientras mi avatar terminaba de materializarse, bajé la vista y constaté que

el suelo sobre el que me había apoyado hasta hacía un momento había

desaparecido. Y lo mismo sucedía con mis botas de propulsión y el resto de

cosas que llevaba.

Parecía que yo también me había quedado suspendido en el aire, como el

coyote de los dibujos animados del Correcaminos. Y entonces me desplomé.

Traté desesperadamente de agarrarme a la puerta que tenía delante, pero

quedaba fuera de mi alcance.

Impacté en el suelo y, a consecuencia de la caída, perdí un tercio de mis

puntos. Me puse en pie despacio y miré a mi alrededor. Me encontraba en un

gran cráter de forma cúbica, el espacio ocupado, hacía muy poco, por los

cimientos y el primer sótano del Castillo de Anorak. El paisaje era desolador

y el silencio, fantasmal. No había ruinas de la fortaleza, ni chatarra de los

miles de cazas y naves que segundos atrás inundaban el aire. De hecho, no

había ni rastro de la gran batalla que acababa de librarse allí. El Cataclista lo

había volatilizado todo.

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