02.08.2021 Views

ready-player-one-ernest-cline

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

informes de la empresa?

Me volví para dirigirme a ella.

—Los reclutas tienen un acceso limitado a la intranet de la empresa a

través del equipo de ocio de su unidad habitacional, del otro lado del

cortafuegos de IOI. Desde ahí, gracias a una serie de puertas traseras y fallos

del sistema dejados por los programadores originales, logré colarme a través

de la red y entrar directamente en la base de datos privada de los sixers.

Shoto me miró, asombrado.

—¿En serio? ¿Has hecho eso tú solo?

—Pues sí.

—Es un milagro que no te hayan pillado y te hayan matado —dijo

Art3mis—. ¿Para qué correr un riesgo tan tonto?

—¿Y a ti qué te parece? Para encontrar la manera de superar su escudo y

llegar a la Tercera Puerta. —Me encogí de hombros—. Fue el único plan que

se me ocurrió. No tuve mucho tiempo para pensar, la verdad.

—Zeta —dijo Hache, sonriendo—, ¡qué loco estás, cabrón! —Se acercó

a mí y me dio la mano—. Por eso te quiero tanto, tío.

Art3mis siguió riñéndome.

—Y, claro, cuando descubriste que tenían archivos secretos dedicados a

nosotros, no pudiste resistir la tentación de echarles un vistazo, ¿no?

—¡Tenía que mirarlos! —me justifiqué—. Para saber cuánto sabían

sobre nosotros. Tú habrías hecho lo mismo.

Ella me señaló con el dedo muy levantado.

—No, yo no. Yo respeto la intimidad de los demás.

—Art3mis, cálmate un poco —la interrumpió Hache—. No sé si lo

sabes, pero seguramente te ha salvado la vida.

Ella pareció reconsiderar su posición.

—Muy bien —admitió—. Olvídalo.

Pero yo sabía muy bien que seguía enfadada.

Como no sabía qué decir, seguí avanzando.

—Acabo de enviaros una copia de todos los datos que he robado. Ocupan

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!