02.08.2021 Views

ready-player-one-ernest-cline

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Pero ¿cómo pueden hacer algo así? —preguntó Shoto con su voz

juvenil aguda de ira. Miró a su hermano—. No es justo. No están jugando

limpiamente.

—No tienen por qué hacerlo. En Oasis no hay leyes, hermanito —le

respondió Daito—. Los sixers pueden hacer lo que les dé la gana. Y no

pararán hasta que alguien se lo impida.

—Los sixers no saben qué es el honor —zanjó Shoto indignado, entre

dientes.

—Y eso que vosotros no sabéis ni la mitad —dijo Hache—. Por eso

Parzival y yo os hemos pedido que vinierais. Zeta, ¿quieres contarles qué ha

sucedido?

Asentí y me volví hacia los demás. Primero les hablé del e-mail que

había recibido de IOI. A ellos también les habían enviado la misma

invitación, pero la habían ignorado con buen criterio. Después les relaté los

detalles de mi sesión de chat con Sorrento, esforzándome por no omitir nada.

Finalmente les conté cómo había concluido nuestra conversación: con el

estallido de la bomba en mi domicilio. Cuando terminé, todos me miraban

con gesto de incredulidad.

—¡Jesús! —susurró Art3mis—. ¿Lo dices en serio? ¿Han intentado

matarte?

—Sí. Y lo habrían conseguido si hubiera estado en casa. He tenido

suerte.

—Ahora todos sabéis adonde están dispuestos a llegar los sixers para

impedirnos ganar la partida en La Cacería del Huevo —intervino Hache—.

Si son capaces de encontrarnos a todos, estamos muertos.

Asentí.

—De modo que deberíais tomar precauciones para protegeros y proteger

vuestras identidades —dije—. Si no lo habéis hecho ya.

Todos se mostraron conforme y se hizo otro largo silencio.

—Hay una cosa que sigo sin comprender —comentó Art3mis

transcurrido un momento—. ¿Cómo supieron los sixers que debían buscar la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!