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orgulloso, yo me había negado a llamarlo en ese mismo momento para

disculparme y entonces me parecía que había pasado demasiado tiempo.

Sí. Estaba en racha. En menos de seis meses había logrado cargarme las

dos amistades que más me importaban.

Entré en el canal de televisión de Hache, que él había bautizado como H-

Feed. En ese momento emitía un combate de lucha de finales de los ochenta

entre Hulk Hogan y Andre el Gigante. Ni me molesté en ver qué pasaban en

el canal de Daito y Shoto, porque sabía que sería alguna película antigua de

samuráis. No programaban otra cosa.

Pocos meses después de nuestro tenso primer encuentro en El Sótano de

Hache, había logrado establecer cierta amistad con ellos cuando los tres

formamos equipo para completar una extensa misión en el Sector 22. La idea

había sido mía. No me gustaba que las cosas hubieran terminado de aquel

modo la primera vez y esperé a que se me presentara la ocasión de tenderles

la rama de olivo a los dos samuráis. Y la ocasión se presentó cuando

descubrí la existencia de una misión de alto nivel llamada Shodai

Urutoraman, en el planeta Tokusatsu. La fecha de creación que figuraba en

los créditos indicaba que había sido lanzada varios años después de la

muerte de Halliday, lo que implicaba que no podía tener nada que ver con el

concurso. Además, se trataba de una misión en japonés creada por la

división que GSS tenía en Hokkaido. Podría haber intentado completarla

solo, recurriendo al traductor simultáneo Mandarax instalado en todas las

cuentas de Oasis, pero habría sido arriesgado. Se sabía que Mandarax no era

fiel a los originales, que malinterpretaba instrucciones y réplicas, algo que

podía llevar fácilmente a cometer errores fatales.

Daito y Shoto vivían en Japón (donde se habían convertido en héroes

nacionales). Yo sabía que los dos hablaban varias lenguas con fluidez. Así

que me puse en contacto con ellos y les pregunté si estaban dispuestos a

formar equipo conmigo sólo para esa misión. En un principio se mostraron

escépticos, pero cuando les expliqué la naturaleza única de la expedición y

los beneficios que, en mi opinión, podríamos obtener si la completábamos,

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