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una foto que me habían tomado durante la fase inicial del proceso. En la

ficha figuraba el estado de mi cuenta corriente, la cantidad adeudada, mi

grupo sanguíneo, el grado de satisfacción de los clientes con mi trabajo…,

toda la información que la empresa tenía sobre mí. En el ángulo superior

derecho de mi ficha había dos ventanas de vídeo, una alimentada por la

cámara del audífono y la otra conectada a la de la unidad habitacional. La

del audífono aparecía enfocada hacia la pared. La del dormitorio-cápsula

mostraba mi cogote, que yo había colocado de manera que impidiera la

visión de la consola de entretenimiento.

Seleccioné las dos cámaras y accedí al menú de configuración.

Sirviéndome de los fallos dejados por el «chaquetero», logré introducir un

efecto gracias al cual las dos cámaras emitían las imágenes de vídeo

archivadas de mi primera noche como recluta, en lugar de transmitir en

directo. A partir de ese momento, si alguien revisaba las grabaciones, me

vería durmiendo en mi unidad habitacional, y no sentado toda la noche,

manejando desesperadamente la consola para manipular la red de la

empresa. Después programé las cámaras para que recuperaran las imágenes

grabadas de antemano, cada vez que apagara las luces de mi dormitoriocápsula.

El cambio de imagen, de una décima de segundo, quedaría

disimulado por la distorsión momentánea del vídeo que se producía cuando

las cámaras pasaban de una visión diurna a otra nocturna.

Yo, en todo momento, pensaba que estaban a punto de descubrirme y de

expulsarme del sistema, pero no sucedía. Mis contraseñas seguían

funcionando. Había pasado las seis últimas noches asediando la intranet de

IOI, introduciéndome cada vez más en las profundidades de la red. Me sentía

como un preso en una de aquellas películas viejas de cárceles, que regresa a

su celda todas las noches para seguir cavando un túnel en los muros con una

cucharilla de café.

Y entonces, la noche anterior, justo antes de caer vencido por el

cansancio, había logrado abrirme paso hasta el laberinto de cortafuegos y

acceder a la base de datos de la División de Ovología. El sanctasanctórum de

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