02.08.2021 Views

ready-player-one-ernest-cline

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

con ella me embriagaba. Parecíamos tenerlo todo en común. Compartíamos

los mismos intereses. Nos movíamos por una misma meta. Ella comprendía

todas mis bromas. Me hacía reír. Me hacía pensar y cambiar mi manera de

ver el mundo. Yo nunca había establecido una relación tan estrecha y

cercana con otro ser humano. Ni siquiera con Hache.

Ya no me importaba que, en teoría, fuéramos rivales y, al parecer, a ella

tampoco. Empezamos a compartir detalles de nuestras investigaciones. Nos

contábamos qué películas estábamos viendo en ese momento, qué libros

leíamos. Empezamos incluso a intercambiar teorías y a debatir nuestras

interpretaciones de distintos pasajes del Almanaque. Cuando estaba con ella

no era capaz de mostrarme cauto. Una vocecilla en mi mente no dejaba de

advertirme de que todo lo que ella me decía podía ser, en realidad, un intento

de enredarme y de que, tal vez, quisiera confundirme. Pero yo no lo creía.

Yo confiaba en Art3mis, a pesar de tener motivos para no hacerlo.

A principios de junio terminé el instituto. No asistí a la ceremonia de

graduación. Había dejado de ir a clase cuando huí de las Torres. Según

suponía, los sixers me daban por muerto y no quería proporcionarles pistas

asistiendo a clase durante aquellas últimas semanas. Perderme los exámenes

finales no era grave en mi caso, pues había conseguido un número de

créditos más que suficiente para obtener el título. La escuela me lo envió por

e-mail. El diploma real, en papel, lo mandaron por correo postal a mi

domicilio de las Torres, que ya no existía, por lo que no sé qué fue de él.

Mi intención, al terminar el instituto, era entregarme en cuerpo y alma a

La Cacería. Pero lo único que me apetecía era estar con Art3mis.

Cuando no salía con mi nueva seudonovia online, pasaba el rato ganando

más puntos para que mi avatar subiera de nivel. Los gunters llamaban a esa

actividad «escalar hasta el noventa y nueve», porque ése era el nivel de

poder máximo que los avatares podían alcanzar. Art3mis y Hache lo habían

logrado hacía poco, y yo no quería quedarme atrás. En realidad, no tardé

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!