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Los tiempos del cuidado - Imserso

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superan los 84 años (Tabla 6.6.). La proporción de mayores que reciben apoyo de los servicios sociales<br />

se dobla a partir de los 75 años, manteniéndose estable a partir de esa edad (en torno al 8,5%). En<br />

concordancia, ambos tipos de <strong>cuidado</strong> se incrementan entre quienes tienen más dificultades en su vida<br />

diaria. El <strong>cuidado</strong> formal más sensible al nivel de dificultad es el provisto desde los servicios sociales,<br />

que casi se dobla entre los mayores con dificultades severas.<br />

El <strong>cuidado</strong> formal público es más frecuente en los hogares con menos miembros. El 18,4% de los mayores<br />

que viven solos recibe <strong>cuidado</strong> de servicios sociales, apoyo que prácticamente desaparece entre los<br />

mayores que viven en hogares de cuatro o más miembros (Tabla 6.6.). Ello no debe extrañar si se tiene<br />

en cuenta que uno de los criterios seleccionados por algunas administraciones para la provisión de servicios<br />

públicos de <strong>cuidado</strong> es la ausencia de familiares en el entorno. El <strong>cuidado</strong> provisto por empleadas<br />

de hogar está más presente entre quienes viven solos y entre aquellos que viven en hogares con cuatro<br />

o más personas. En este último caso, es probable que los hijos trabajen y que complementen su propio<br />

<strong>cuidado</strong> con el de un <strong>cuidado</strong>r remunerado.<br />

La proporción de mayores no casados que recibe <strong>cuidado</strong> de empleados de hogar es más <strong>del</strong> doble que<br />

la de los casados, lo que confirma que la ausencia de la pareja potencia la utilización de servicios privados<br />

(Tabla 6.6.). Sin embargo, la proporción de quienes reciben <strong>cuidado</strong> público es similar en ambos<br />

grupos. En muchas parejas de mayores, ambos tienen dificultades para desarrollar su vida diaria y no<br />

pueden cuidarse mutuamente, lo que promueve la aparición <strong>del</strong> <strong>cuidado</strong> proveniente de las administraciones<br />

públicas, especialmente cuando no hay hijos disponibles.<br />

La presencia <strong>del</strong> <strong>cuidado</strong> procedente de servicios sociales disminuye a medida que aumentan los ingresos<br />

<strong>del</strong> hogar, hasta desaparecer en los hogares con los ingresos más elevados (Tabla 6.6.). Ello se<br />

debe, como se ha mencionado, a que las administraciones públicas utilizan el criterio económico para<br />

prescribir servicios. El <strong>cuidado</strong> privado es significativamente mayor en los tramos de ingresos más altos,<br />

en los que triplica su presencia con respecto a los hogares con ingresos más bajos.<br />

Las personas con un nivel educativo más elevado reciben más <strong>cuidado</strong> de empleados de hogar: el<br />

27,9% de quienes tienen estudios secundarios o post-secundarios reciben este tipo de <strong>cuidado</strong>, por<br />

el 7,9% de las personas sin estudios (Tabla 6.6.). El <strong>cuidado</strong> desde la esfera pública parece reducirse<br />

ligeramente entre los mayores con más estudios (lo reciben el 8,4% de quienes tienen estudios<br />

secundarios y post-secundarios y el 5,8% de quienes no tienen estudios). Estos mayores cuentan<br />

con recursos para contratar a un <strong>cuidado</strong>r y no cumplen los requisitos para optar a los servicios<br />

públicos.<br />

El <strong>cuidado</strong> de origen público presenta escasas variaciones en función <strong>del</strong> tamaño <strong>del</strong> municipio. Sin<br />

embargo, en las localidades con menos de 10.000 habitantes se observa menor proporción de mayores<br />

que reciben <strong>cuidado</strong> de empleados de hogar (Tabla 6.6.). Probablemente, la falta de tiempo de los familiares<br />

es una de las razones que promueve la contratación de <strong>cuidado</strong>res en las ciudades. Una segunda<br />

razón es que la oferta de estos trabajadores en las áreas rurales es menor que en las áreas urbanas.<br />

Finalmente, como tercera causa posible, el mayor control social de los pueblos pequeños podría estar<br />

actuando como inhibidor de la utilización de este tipo de recursos.<br />

VOLUMEN Y DISTRIBUCIÓN DEL CUIDADO A MAYORES EN ESPAÑA<br />

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