Los tiempos del cuidado - Imserso
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LOS TIEMPOS DEL CUIDADO<br />
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En toda toma de decisión, incluidas las económicas, participan de manera decisiva los valores y las<br />
emociones (Etzioni, 1988; Roberto, 1999). Se ha demostrado que entre las motivaciones más importantes<br />
<strong>del</strong> <strong>cuidado</strong> están los lazos emocionales y las obligaciones derivadas de los lazos familiares (Kahana<br />
& Young, 1990), lo que explica por qué en muchos casos los individuos se muestran insatisfechos con<br />
la situación de <strong>cuidado</strong>, pero la mantienen.<br />
C. LOS INTERCAMBIOS SOCIALES EN EL CONTEXTO FAMILIAR<br />
La Teoría <strong>del</strong> Intercambio Social (TIS) ofrece conceptos útiles para interpretar cómo influyen diferentes<br />
variables en las relaciones de <strong>cuidado</strong> dentro de la familia. No obstante, la complejidad de costes y beneficios<br />
emocionales que se conjugan en la provisión de apoyo en la familia ha provocado que algunos<br />
autores hayan reformulado la TIS para adaptarla a este contexto (Dwyer, Lee & Jankowski, 1994).<br />
<strong>Los</strong> intercambios en la familia son generalmente de carácter directo y sostenido en el tiempo, y los lazos<br />
psicosociales son más estrechos. En la interacción familiar se produce una moralidad particular basada<br />
en relaciones y transacciones reales entre personas que necesita ser construida y reforzada a lo largo<br />
<strong>del</strong> tiempo (Finch, 1989, en Lewinter, 2003). La reciprocidad familiar se sustenta en normas morales<br />
que otorgan significados sobre lo que debe ser la familia y que, en muchos casos, están vinculadas a<br />
corrientes religiosas. Estas normas se basan en la reciprocidad generalizada (Dwyer et al., 1994).<br />
La existencia de reciprocidad generalizada significa que el bienestar psicológico de los <strong>cuidado</strong>res no<br />
tiene por qué verse afectado por la incapacidad de los mayores de corresponder (reciprocate) de manera<br />
inmediata (Dwyer et al., 1994). A diferencia de otros grupos sociales, los miembros de la familia no<br />
esperan intercambios inmediatos como respuesta a la provisión de <strong>cuidado</strong> (Starrels, Ingersoll-Dayton,<br />
Dowler et al., 1997). Las relaciones que establecen no son equivalentes en un punto en el tiempo, sino<br />
que devuelven ayudas pasadas y presuponen una correspondencia de cara al futuro. <strong>Los</strong> intercambios<br />
quedan en suspenso, en lo que se ha denominado reciprocidad hipotética y/o aplazada. En ese sentido,<br />
los <strong>cuidado</strong>res que no pertenecen al grupo familiar no establecen tanto relaciones de reciprocidad<br />
como altruistas o “voluntaristas”.<br />
Las relaciones familiares pueden concebirse como “una larga historia de intercambios recíprocos, algunas<br />
más equilibradas que otras, en las que la distribución <strong>del</strong> poder varía a lo largo <strong>del</strong> tiempo” (Call<br />
et al., 1999: 689). La familia ha de ser vista en perspectiva histórica, ya que su estructura y relaciones<br />
se desarrollan a lo largo de toda la vida (Lewinter, 2003). <strong>Los</strong> intercambios en la familia construyen el<br />
compromiso moral <strong>del</strong> <strong>cuidado</strong> en situaciones de fragilidad (Finch, 1995, en Lewinter, 2003), como las<br />
que presentan las personas mayores con discapacidad.<br />
La familia es una unidad socioeconómica que genera y distribuye recursos entre sus miembros. Las<br />
relaciones familiares pueden entenderse como los vínculos que se establecen en la competencia por los<br />
recursos familiares, que pueden ser monetarios, afectivos, temporales, etc. La provisión de ayuda es uno<br />
de esos recursos, que se distribuye fundamentalmente en base a relaciones de poder y dependencia.<br />
La distribución interna <strong>del</strong> poder obedece a diversos criterios en función <strong>del</strong> tipo de familia, pero son<br />
determinantes la posición interna, los roles de género y la relación con el empleo. La competencia por