Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'
Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'
Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
apasionado Don Juan l<strong>la</strong>mado Jeque, <strong>para</strong> impedir cualquier tentación<br />
lujuriosa con <strong>la</strong> bel<strong>la</strong> gallina.<br />
Del otro señor no tenía mucho que adivinar. Era uno de esos italianos<br />
comerciantes que ganan dinero a espuerta y lo gastan a cuenta<br />
gotas. Aunque poseen una gran fortuna, no <strong>la</strong> usan <strong>para</strong> adquirir, ni<br />
ropas, ni muebles y ni siquiera una buena comida. Sólo acumu<strong>la</strong>n bastante<br />
efectivo en espera del anhe<strong>la</strong>do infarto, <strong>para</strong> luego pagar una<br />
fuerte suma de dinero en una de <strong>la</strong>s más modernas y costosas clínicas,<br />
aguardando el tratamiento cardíaco.<br />
El italiano fijó <strong>la</strong> atención en mí con una mueca que no supe interpretar,<br />
<strong>la</strong> cual trataba de disimu<strong>la</strong>r con una sonrisa. Con cierta voz de<br />
mando preguntó:<br />
—¿A cuánto amaneció el dó<strong>la</strong>r hoy? —no contesté, lo único que<br />
hice fue darle <strong>la</strong> parte del periódico de ayer donde estaban los datos<br />
financieros <strong>para</strong> que él mismo lo buscara. Sabía que no tenía que advertirle<br />
que el periódico no era de hoy.<br />
—Mami, Burocracio se está comiendo <strong>la</strong> comida de Democracia,<br />
—gritó nuevamente <strong>la</strong> muchacha.<br />
—Espanta a ese <strong>perro</strong> de <strong>la</strong> comida de <strong>la</strong> gata —exc<strong>la</strong>mó de nuevo,<br />
<strong>la</strong> voz que salió del cuartito, <strong>la</strong> cual se escuchó en <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> de recepción—.<br />
Mira mijita, <strong>la</strong> comida de Democracia tiene píldoras anticonceptivas<br />
<strong>para</strong> que no salga preñada y puede hacerle daño a Burocracio.<br />
Por <strong>la</strong> conversación de “mami” y mijita, pude darme cuenta que el<br />
<strong>perro</strong> se l<strong>la</strong>maba Burocracio; y Democracia, una hermosa gata siamesa,<br />
contrastaba con <strong>la</strong> fealdad del <strong>perro</strong> callejero.<br />
Finalmente, miré al otro caballero contiguo, quien estaba leyendo<br />
un libro l<strong>la</strong>mado Reg<strong>la</strong>mento de debates de <strong>la</strong> Cámara de Diputados. Por<br />
su traje de lino bien cortado a <strong>la</strong> medida, <strong>la</strong> fina corbata de marca, el<br />
bigotico negro bien afeitado y el cabello bien peinado, recordé <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ca<br />
de <strong>la</strong> camioneta todo terreno que estaba <strong>para</strong>da en <strong>la</strong> calle cuando<br />
llegué. En esta pude leer: Congreso Nacional. No tuve duda de <strong>la</strong> ocupación<br />
del personaje. Todos estos rasgos en conjunto, le daban al compañero<br />
de sa<strong>la</strong> un aspecto de joven pisaverde.<br />
Ya al final, después de haber detal<strong>la</strong>do a mis cuatro acompañantes,<br />
advertí que nadie había respondido <strong>la</strong> interrogante formu<strong>la</strong>da por <strong>la</strong><br />
señora bigotuda de cabello rojo a <strong>la</strong> moda; quien con insistencia volvía a<br />
preguntar, dirigiéndose al señor de bigotico vestido de lino italiano.<br />
JNSJ<br />
`ìÉåíçë é~ê~ Åçåí~ê