Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'

sentido erótica, recuerda que una de ellas fue cuando vimos aquellas
películas —estas últimas frases le dijo con un dejo de vergüenza como
sintiéndose culpable de haber cometido una atrocidad. José Ángel la
apartó de su lado, debía demostrarle a su mujer el asombro y el terror
producido por sus palabras. Se sentó a la orilla de la cama y escondió la
cara entre sus manos. Él, conocedor de las cosas referidas al sexo y del
erotismo, comprendió que su hija estaba en grandes problemas. A
pesar de que a ella le habían desalojado de su alma el pecado original,
tendría que rescatarla nuevamente de las garras de Satán. Debía pensar
con calma y se propuso a trazar un plan; debía de encontrarle solución
al caso de doble personalidad por el que estaba pasando su querido ángel.
Tenía la certeza que el rostro de su niña era idéntico al de la Virgen
de la Consolación; otros amigos le habían dicho que Anita se parecía a
los querubines de la iglesia que la familia frecuentaba.
Durante el tiempo que permaneció sentado en la orilla del lecho
nupcial le vinieron a su memoria todas las imágenes eróticas que almacenaba
en su cerebro. Había leído algunos libros de literatura erótica,
entre ellos el Kamasutra y veía con claridad, como si las tuviera viendo,
las posiciones de las parejas en el acto de amor. Sabía que muchas de
ellas eran copias de esculturas que estaban en los templos de carácter
religiosos en la India, no por ello, a pesar de la religiosidad de las imágenes,
dejó de temer por la virtuosidad de su hija. Le vinieron a su
memoria los cuadros de la película Garganta profunda, que él sí había
visto con su amigo, sin Yenifer, un tiempo después. Recordó que al final
de la cinta se encontraba que explotaba. Ese mismo día, junto a su
esposa descargó en una noche de locura y de placer, toda la pólvora acumulada.
En fin, la remembranza de todas esas imágenes le confirmaron
la necesidad de consultar un siquiatra infantil para que le tratara el caso
de doble personalidad de su hija o en último caso, se dirigiría al obispo
para explicarle lo sucedido y por lo tanto, que él mismo procediera, lo
más rápido posible, a practicarle un exorcismo a su bien amada niña.
Estaba seguro que Anita le iba a insistir con el tema, salió corriendo
a la biblioteca en busca del pequeño “Larousse” ilustrado y de esta manera
aclarar el significado de la palabra erotismo.
Erotismo: Amor enfermizo. Calidad de erótico. Afición desmedida y enfermiza
en lo que concierne al amor. Amor sensual exacerbado
JOSVJ
Cuento erótico