24.12.2012 Views

Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'

Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'

Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La fama de don Melecio, redactando rogativas al santo, se regó por<br />

los caseríos aledaños al pueblo. Engracia, una solterona de cuarenta<br />

años, hizo una promesa al Venerado <strong>para</strong> que le concediera un marido.<br />

Acudió a nuestro bardo criollo <strong>para</strong> rimar aquel<strong>la</strong> plegaria. Previo pago<br />

de los emolumentos que por esta santa actividad cobraba. Todos los<br />

habitantes del pueblo oyeron a <strong>la</strong> solterona, muy temprano en <strong>la</strong> mañana,<br />

cuando gritaba el siguiente verso:<br />

San Vanitum, mira mi l<strong>la</strong>nto<br />

que fluye como gotas de rocío<br />

quiero obsequiarte este manto<br />

pa’ que me consigas marío.<br />

Después de gritar tres veces <strong>la</strong> plegaria, colocó al pie de <strong>la</strong> estatua un<br />

hermoso manto, que el<strong>la</strong> había tejido, y se alejó llorando. Ocultaba el<br />

rostro por <strong>la</strong> vergüenza que esto le ocasionaba. Dos meses después del<br />

acontecimiento, el cura celebró con toda pompa <strong>la</strong> boda de Engracia<br />

con el manco Encarnación. Además, supo agradecer a <strong>la</strong> novia el manto<br />

que había donado a <strong>la</strong> iglesia, éste sirvió <strong>para</strong> enga<strong>la</strong>nar a <strong>la</strong> Virgen del<br />

Rosario en <strong>la</strong>s procesiones de <strong>la</strong> Semana Santa.<br />

En fin, aparte de los mi<strong>la</strong>gros referidos anteriormente, fueron<br />

muchos los que contó Andrés Octavio en su re<strong>la</strong>to. Entre ellos hay uno<br />

que impresiona mucho. Se produjo cuando los mandingas colocados<br />

en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>yas próximas a pueblo no recogían sino una que otra sardina.<br />

Las redes no lograban <strong>la</strong> buena ca<strong>la</strong>da deseada, esto ocasionó escasez de<br />

pescado, única fuente de vida de los habitantes de <strong>la</strong> costa. La junta de<br />

pescadores acudió a don Melecio <strong>para</strong> que pre<strong>para</strong>ra una plegaria. El<br />

famoso vate acordó un precio especial por tratarse del caso de una rogativa<br />

colectiva. En un corto tiempo nuestro poeta redactó el pedido:<br />

Vanitum somos gente infame.<br />

Acá, todos vivimos en pecado<br />

y hoy tus sacras p<strong>la</strong>ntas <strong>la</strong>me<br />

pa’que nos consigas pescado.<br />

Leí el verso, quizás don Melecio no fue inspirado por <strong>la</strong> mejor de<br />

sus musas, pero puedo asegurar que <strong>la</strong> plegaria cumplió el cometido. El<br />

domingo, una semana después que los pescadores gritaron <strong>la</strong> jacu<strong>la</strong>toria<br />

JQOJ<br />

`ìÉåíçë é~ê~ Åçåí~ê

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!