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Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'

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apóstatas de estos <strong>para</strong>jes <strong>para</strong> cobijarlos bajo <strong>la</strong> fe cristiana. Demos<br />

gracias al egregio capitán porque nuestros ancestros aceptaron como<br />

guía espiritual y bienhechor, de todas <strong>la</strong>s actividades que se realizara en<br />

este territorio, a Dios, nuestro Señor”.<br />

En ese momento, Andrés Octavio —según lo re<strong>la</strong>ta— sintió que<br />

ese nuevo alcalde era un trapisondista, que estaba enredando el origen y<br />

desarrollo cultural del pueblo donde había nacido. Tuvo <strong>la</strong> intención de<br />

gritarle al discursiador ¡trapisondista!, pero prefirió esperar el fin de <strong>la</strong><br />

ceremonia.<br />

“Observemos el hermoso rocín. Éste patentiza <strong>la</strong> presencia y permanencia<br />

del noble fundador a lo <strong>la</strong>rgo de estas tierras agrestes, <strong>la</strong>s<br />

cuales recorrió sobre el lomo de su brioso corcel, llevando los evangelios<br />

a esos lugareños desconocedores de <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra de Dios”.<br />

Cuenta Andrés Octavio, que presenció cómo algunos de sus vecinos<br />

conocidos asentían con un movimiento de cabeza cada una de <strong>la</strong>s<br />

pa<strong>la</strong>bras pronunciadas por el alcalde. Todo esto aparece en el re<strong>la</strong>to del<br />

viejo amigo.<br />

El final del discurso fue el siguiente:<br />

“Debo agradecer a don Melecio, quien de bienhechora gana ofreció<br />

los buenos oficios, <strong>para</strong> recopi<strong>la</strong>r los momentos este<strong>la</strong>res de nuestro<br />

fundador. Por su empeño, pudo escribirse <strong>la</strong> gloriosa biografía del<br />

Capitán General don Antonio Ruiz y Cervera, resumida en el libro,<br />

que actualmente vende <strong>la</strong> alcaldía. De igual manera, quiero agradecer a<br />

doña Apascacia Ruiz de Carmona; su presencia ava<strong>la</strong> <strong>la</strong> estirpe del gran<br />

conquistador, puesto que <strong>la</strong> genealogía <strong>la</strong> coloca en el nadir de <strong>la</strong> descendencia<br />

del Capitán General don Antonio Ruiz y Cervera, el gran<br />

conquistador. Muchas gracias”.<br />

Andrés Octavio, cuenta que <strong>la</strong> profusión de ap<strong>la</strong>usos no se dejó<br />

esperar, se paró don Melecio al <strong>la</strong>do del alcalde y, finalmente, doña<br />

Apascacia, en espera de recibir los vítores y <strong>la</strong>s glorias de sus coterráneos.<br />

La presencia de tan notables personajes eclipsó <strong>la</strong> del nuevo<br />

bachiller, quien venía a colocar el bachillercito de p<strong>la</strong>ta en <strong>la</strong> punta de <strong>la</strong><br />

<strong>la</strong>nza de <strong>la</strong> estatua. Enfatiza el autor del re<strong>la</strong>to: “¡Aquello era una avi<strong>la</strong>ntez<br />

contra el venerado santo!”.<br />

Nuestro amigo esperó que <strong>la</strong> gente se disgregara por <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za. Observó<br />

con detenimiento <strong>la</strong> estatua; podía asegurar que era San Vanitum.<br />

Les preguntó a los conocidos por el santo, pero nadie supo darle información.<br />

Todos coincidieron que en ese lugar, desde hacía mucho tiempo,<br />

JQRJ<br />

La estatua

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