Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'
Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'
Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Muchos fueron los intentos que se hicieron <strong>para</strong> c<strong>la</strong>usurar El Paralelo.<br />
Pero el lupanar encendía sus candilejas a <strong>la</strong>s seis de <strong>la</strong> tarde y <strong>la</strong><br />
luminosidad se observaba desde muy lejos, animando <strong>la</strong> soledad de estos<br />
<strong>para</strong>jes con <strong>la</strong> música propia de esos locales. Toda pretensión de cierre<br />
fue vana, puesto que al prostíbulo lo frecuentaban personajes del<br />
gobierno regional, estatal y hasta nacional. Alguna vez se dejó caer por<br />
este sitio de so<strong>la</strong>z un ministro del gobierno. Recuerdo, que en esa ocasión<br />
cerraron el local, pero so<strong>la</strong>mente <strong>para</strong> una animada celebración que<br />
hizo el personaje gubernamental y sus paniaguados.<br />
«Recuerdo el día que varias señoras, rec<strong>la</strong>mando <strong>la</strong> presencia de los<br />
maridos en sus hogares, acudieron ante el párroco acusando a <strong>la</strong>s meretrices<br />
de re<strong>la</strong>psas. Se organizaron en <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada “Liga <strong>para</strong> <strong>la</strong> protección<br />
de <strong>la</strong> virtud, decencia y honra de <strong>la</strong>s mujeres y sus hogares”. Esta agrupación<br />
no gubernamental, pretendió c<strong>la</strong>usurar el burdel. Intentaron ir<br />
en caravana hasta el negocio <strong>para</strong> solicitar su cierre, alegando que El<br />
Paralelo era una apología a <strong>la</strong> vulgaridad. El cura del pueblo, con gran<br />
ascendencia sobre el<strong>la</strong>s pues lo consideraban un santo, prefirió humanizar<br />
su apariencia con <strong>la</strong> eutrapelia, virtud de <strong>la</strong> cual hacía ga<strong>la</strong>. Todos<br />
sabíamos de sus visitas al burdel con <strong>la</strong> excusa de “llevar <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra<br />
divina” a <strong>la</strong>s mujeres pecadoras. El sacerdote conversó con <strong>la</strong>s señoras, y<br />
<strong>para</strong> tranquilidad nuestra, con los piadosos argumentos impidió <strong>la</strong> colocación<br />
de una cerradura gubernamental a <strong>la</strong> casa del p<strong>la</strong>cer. Las convenció,<br />
diciéndoles que todos éramos hijos de Dios y que él, como buen<br />
pastor, debía asegurarle el condumio a sus ovejas. Santas pa<strong>la</strong>bras, <strong>la</strong>s<br />
señoras desistieron de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>usura.<br />
«Las protestas contra el lupanar no lograron apagar <strong>la</strong> albura de <strong>la</strong>s<br />
candilejas, <strong>la</strong>s cuales se mantenían encendidas durante <strong>la</strong>s noches, tal<br />
como alumbraba desde hacía más de cincuenta años. La madama decía<br />
con sabiduría, que El Paralelo era parte del patrimonio cultural del<br />
estado; éste pertenecía al acervo histórico del pueblo. Además, que en<br />
su local se realizaba una <strong>la</strong>bor de profi<strong>la</strong>xis psiquiátrica, puesto que allí<br />
se apaciguaban los bajos y fieros instintos masculinos, suministrándole<br />
alimento a sus pasiones reprimidas. En este sitio es adonde acuden los<br />
hombres reprimidos o libertinos, a volcar sus tribu<strong>la</strong>ciones, tal como lo<br />
hacen los camiones de volteos con <strong>la</strong> arena. Algunas veces pensaba en<br />
voz alta: “En realidad, no se resuelve ningún problema. Parece ser que<br />
en los humanos, su naturaleza, hace necesario <strong>la</strong> presencia de otra persona<br />
<strong>para</strong> que le escuchen sus tribu<strong>la</strong>ciones”. Hasta Isadora, tenía sus<br />
JOMSJ<br />
`ìÉåíçë é~ê~ Åçåí~ê