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Cuentos para contar - Editorial 'El perro y la rana'

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JSOJ<br />

`ìÉåíçë é~ê~ Åçåí~ê<br />

Se dio <strong>la</strong> voz de a<strong>la</strong>rma y de inmediato los vecinos iniciaron <strong>la</strong> búsqueda<br />

del viejo campeón, pero <strong>la</strong> operación de salvamento fue infructuosa. A<br />

Ildefonso, al igual que a Fidelito, se lo había tragado el mar. Neptuno<br />

había cobrado sus ofrendas sacrificando dos vecinos de Agua de Vaca.<br />

Repitieron lo mismo que con Fidelito. Como nunca recuperaron<br />

el cadáver de Ildefonso, los vecinos de Agua de Vaca construyeron en el<br />

cementerio un cenotafio representativo de los restos del antiguo<br />

pa<strong>la</strong>dín de <strong>la</strong> natación. Durante <strong>la</strong> fiesta de <strong>la</strong> Virgen es tradición que<br />

los nadadores, antes de darse <strong>la</strong> partida de <strong>la</strong> competencia, acudan al<br />

monumento sepulcral <strong>para</strong> rezarle y de esta forma evitar que el veterano<br />

campeón los hale hacia <strong>la</strong>s profundidades del mar.<br />

Crispinita contó que el viejo Ildefonso era muy testarudo, él creía<br />

que estaba en <strong>la</strong>s mismas condiciones que cuando joven. Repitió <strong>la</strong> sentencia<br />

con <strong>la</strong> cual inició el rezo del primer novenario: “Al viejo Ildefonso<br />

lo mató el orgullo”.<br />

Capítulo 4: La espue<strong>la</strong> envenenada<br />

Los hermanos Vil<strong>la</strong>rroel eran dos criadores y jugadores de gallos<br />

¿Quién en esta zona insu<strong>la</strong>r no lo hace? Creo que únicamente yo no lo<br />

hago porque me parece algo muy cruel criar dos criaturas únicamente<br />

<strong>para</strong> pelear o <strong>para</strong> matarse. Pero en fin, de eso vivían los hermanos<br />

Donato y Pedro María.<br />

Por ser hermanos, ambos criadores de gallos poseían animales en<br />

común, pero aparte, cada uno tenía los suyos. Usualmente, cuando hay<br />

dos personas realizando una misma actividad, es lógico y natural que una<br />

se destaque más que <strong>la</strong> otra. En este caso, los gallos de Donato eran<br />

mejores que los de su hermano, esto estaba probado y requeteprobado en<br />

<strong>la</strong>s competencias. Siempre salían perdedores los gallos de Pedro María.<br />

Recuerdo: mis amigos comentaban, casi como un rec<strong>la</strong>mo, que<br />

nunca asistía a una gallera. Cuando peleaban los gallos de los hermanos<br />

siempre ganaban los de Donato y el perdedor no escondía <strong>la</strong> rabia y <strong>la</strong><br />

envidia que le profesaba, tal como Caín hacia Abel.<br />

Durante <strong>la</strong> fiesta de <strong>la</strong> Virgen invitaron a los hermanos Vil<strong>la</strong>rroel<br />

<strong>para</strong> pelear en <strong>la</strong> gallera de otro pueblo, el cual celebraba <strong>la</strong>s festividades<br />

por ser <strong>la</strong> misma patrona de todos los pueblos <strong>la</strong> is<strong>la</strong>. Donato manifestó<br />

no estar interesado. Sin embargo, el lucro y <strong>la</strong> envidia por lo general<br />

marchan juntos. Pedro María confirmó su asistencia.

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